Aunque las actuaciones de los jugadores establecidos en los partidos de entrenamientos no se les da mucha importancia, debido a que la mayoría está concentrado en hacer los ajustes para la temporada, la realidad es que algunas veces estos juegos sirven de base para presagiar grandes o malas cosas.
En ese sentido, las actuaciones de los dominicanos Rafael Devers, de Boston, y Eloy Jiménez, de los Medias Blancas, son dignas de resaltar.
Devers, quien en una entrevista que le hice antes de irse, me dijo que siempre va a los entrenamientos como un novato más, porque no cree en eso de que tiene su trabajo seguro, y ayer lo evidenció al disparar su cuarto jonrón de la pretemporada, llegando a ocho remolcadas, luego de haber agotado apenas 18 turnos, con un robusto promedio de .389 (18-7).
Mientras que Jiménez, quien jugó muy poco en la temporada pasada, debido a una lesión que sufrió precisamente en un juego de entrenamientos, demuestra que regresó por sus fueros.
Jiménez llegó a la jornada de ayer con promedio de .385 y entre sus ocho hits se incluyen cinco extrabases (dos jonrones y tres dobles) y siete remolcadas en nueve juegos.
Tanto Devers como Jiménez solo tienen 25 años de edad, es decir, que sus carreras apenas comienzan. Por sus habilidades para batear ambos están ubicados entre los mejores jugadores jóvenes del negocio.
Devers tiene cinco años de servicio y Jiménez tres, aunque solo una vez ha participado en más de cien juegos que fue en 2019 cuando debutó. En 2020 participó en 55 juegos en la temporada recortada por la pandemia del Covid-19 y el año pasado accionó en esa misma cantidad por la lesión que sufrió en el pecho.
Eloy hizo historia al firmar en 2019 un pacto por seis años y US$43 millones, más dos opciones del equipo que podrían llevar el acuerdo hasta US$77 millones, lo que sucedió sin que todavía haya tomado un turno en Grandes Ligas.
Devers y Jiménez coinciden en que ambos son representados por la misma agencia Rep 1.