La victoria este domingo del candidato de la derecha tradicional en Ecuador, Guillermo Lasso, es el primer revés electoral que ha sufrido el correísmo desde que Rafael Correa ganara las elecciones presidenciales de 2006.
Tras esa victoria, Correa gobernó al país durante una década, de 2007 al 2017, bajo la ideología del Socialismo del siglo XXI.
Hoy, a pesar de no haber conquistado la presidencia, el correísmo seguirá siendo un actor clave en el poder y la gobernabilidad del país, pues cuenta con la primera minoría en la Asamblea Legislativa.
BBC Mundo conversó con él sobre estos resultados y el papel que jugará el correísmo en el nuevo periodo presidencial que inicia el 24 de mayo.
Lo que sigue es un resumen de esa entrevista.
Este domingo el representante de la derecha tradicional Guillermo Lasso le ganó al candidato que usted impulsaba, Andrés Arauz.Las urnas están demostrando que el correísmo está lejos del poder que tenía hace unos años. ¿Qué fue lo que pasó?
Es obvio lo que ha pasado (risas): ganamos la elección del 2017 y compraron a ese presidente (Lenín) Moreno y empezó una persecución brutal, nos robaron el partido político Alianza País.
En tres oportunidades impidieron que nos inscribiéramos como partido político, pese a ser como se ha mostrado y evidenciado ahora, la principal fuerza política del país. Tuvimos que participar en las elecciones locales de 2019 con un partido prestado, el partido Compromiso Social Lista 5.
Luego lo eliminan para impedirnos participar en las elecciones presidenciales, y a última hora nos abre las puertas Centro Democrático Lista 1, con el que participamos.
Me proponen a mí como candidato a vicepresidente -porque me habían ya bloqueado para ser candidato presidencial-, sacan una sentencia en 17 días laborables para condenarme por influjo psíquico o dirigir una organización criminal por medio de influjo psíquico, para impedirme ser candidato y en esas condiciones ganamos la primera vuelta, ganamos 50 asambleístas, el mayor bloque de lejos (en la Asamblea), y obtuvimos 47,5% de la votación en la segunda vuelta.
Por no hablar de la persecución a otros dirigentes.
Yo tengo una condena a 8 años, aunque no lo crea, textualmente, por dirigir una organización criminal por medio de influjo psíquico dedicada a sobornos que nunca han existido, y Jorge Glass el (ex) vicepresidente está preso por tres años, un hombre honesto al que no le han descubierto medio centavo, por el caso de Odebrecht en el que ni siquiera acusaron a Odebrecht.
Los demás perseguidos por delitos políticos, instigación a la rebelión, desacato, están fuera del país, es decir, hemos estado en condiciones extremas.
Si yo hubiera estado en Ecuador, solo con ese hecho, le aseguro que ganábamos las elecciones, pero es muy difícil en esas condiciones pelear, más aún con estructuras. Hemos peleado contra todos los medios de comunicación, contra todo el Estado y contra todo el espectro político.
Así que los resultados son espectaculares, pero obviamente no era lo que deseábamos, lo que aspirábamos.
Pero usted está mencionando aquí factores externos, Me preguntaba si tal vez había hecho una especie de mea culpa con este resultado también.
Yo ya he aprendido en la vida a no darle la razón a los que no la tienen. Yo sé que alguna vez eso es lo que buscan ciertos sectores, ciertos periodistas. Lo que hemos logrado es extraordinario. Nunca nos equivocamos de lado, eso es lo principal, pero por supuesto que hemos cometido errores en el ejercicio del poder.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, nombrar a (Lenín) Moreno como candidato, que nos engañó a todos, para empezar.
Pero sobre lo que están es acusándonos… Es imposible no tener casos de corrupción en 10 años de ejercicio del poder, de gobierno. Pero lo que hicieron fue generalizarlo, pactar con los corruptos para ejercer persecución política, por ejemplo, con el celebérrimo caso Odebrecht.
Metieron preso a todo el mundo, acusaron a todo el mundo menos a Odebrecht, porque es claro el pacto que existió para que acusaran a otros como Jorge Glass y robarle la vicepresidencia.
Entonces los corruptos siempre fueron ellos, pero de aquella corrupción alguien debió enriquecerse: ¿dónde están nuestras cuentas secretas? ¿dónde está nuestro dinero mal habido?
Entonces yo no voy a darles nunca la razón a quien no la tiene, no esperen eso de nosotros.
Pero sí siempre vamos a ser autocríticos.
Sí, pero eso pone la culpa en otros… y usted estuvo en el poder 10 años.
No, porque nosotros propusimos a Moreno y yo estoy casi convencido, tenemos que hacer estudios más profundos, que Quito no nos perdonó que nosotros lo hubiésemos nominado como candidato.
Pese a que nos persiguió, pese a que nos traicionó, nosotros lo nominamos y ha sido el peor presidente de la historia. Eso no nos lo han perdonado y ahora dicen «ah, nos presentan un nuevo candidato, pero esta vez no, no vamos a votar por él, votamos por el banquero».
Entonces, yo creo que es una de las explicaciones, hay que buscar información más profundamente.
Pero hemos quedado con 47,5% del voto popular, en condiciones extremas y negativas, y ¿tenemos nosotros que hacer una autocrítica? Creo que es un inmenso logro, pero obviamente no lo que esperamos para terminar con esta pesadilla de destrucción del país y de persecución brutal sin nombre que han llamado «descorreización» y es la mayor campaña de odio y de persecución política que la historia del Ecuador recuerda.
Usted dice que es imposible no tener corrupción en un gobierno de 10 años. Muchos en Ecuador recuerdan la campaña de manos limpias con la que usted se presentó a la presidencia. ¿Cree que tal vez hubo un poco de decepción de su electorado?
Hay manipulación.
Yo le puedo enseñar estadísticas de Transparencia Internacional que demuestran que en mis 10 años de gobierno, Ecuador fue el país que más disminuyó en el ranking de corrupción.
Estos gráficos mjuestran que cuando yo llegué al gobierno en 2007 estábamos en el mayor nivel de corrupción. Y luego solo baja.
Al final nos rebrota un poco, por el caso Odebrecht precisamente y Refinería (del Pacífico), pero bajamos 30 puestos en el ranking de corrupción y somos el gobierno que más bajó en esa década 2007-2017.
Pero hay muchísimas denuncias e investigaciones por proyectos que tuvieron sobreprecio durante su gobierno.
Hágamos una pausa ahí, por favor. Yo le estoy hablando de estadísticas. Usted acaba de decir muchísimas denuncias por sobreprecio, dígame un juicio por sobreprecio.
Por ejemplo lo que sucedió con la refinería del Pacífico….
¿Dónde está el sobreprecio de Refinería del Pacífico? Refinería del Pacífico es parte del caso Odebrecht, donde ni siquiera acusaron a Odebrecht.
Manipularon tanto, que en el ajuste de precios, si una carretera costaba 100 millones inicialmente y acababa costando 120 millones, a eso le llamaron sobreprecio. Pero eso es reajuste de contrato, no es sobreprecio, no es delito.
No existe un juicio de sobreprecio, no existe una condena de sobreprecio. Esa es la narrativa que han montado en estos años para tratar de acusarnos de falsedades.
Porque hemos tenido casos de corrupción, como todo gobierno en ejercicio, pero jamás toleramos la corrupción como este gobierno que sí toleró y dirigió la corrupción de las más altas esferas. Si no, no se hubieran podido repartir los hospitales como se evidenció en plena pandemia.
Volviendo a las elecciones, usted dijo que se equivocó con Moreno. ¿Se equivocó también con Andrés Arauz al elegirlo como candidato?
¿Por qué me voy a haber equivocado con Andrés Arauz?
Porque finalmente no llegó a la presidencia.
Ah ¿porque no ganó entonces nos equivocamos? (risas).
Le pregunto.
Era cuesta arriba. Mira cómo nos sobredimensionan, muchas gracias, pero no somos superhombres.
Hemos estado luchando en condiciones extremas impresionantes. Ni siquiera pude estar en el país, ni siquiera puedo viajar con libertad por la condena absurda que tengo. La dirigencia histórica no está en el país.
Las bases, la estructura ha sido tremendamente golpeada, las casas de nuestros dirigentes han sido allanadas, tenemos dirigentes con brazalete (electrónico), amenazados, un terror, toda la prensa en contra, todo el poder del Estado en contra, todo el espectro político se unió contra nosotros y aún así sacamos el 47,5%, pero no ganamos.
No nos sobreestime, no somos superhombres, pero lo que hemos hecho es extraordinario.
Es decir ¿usted tiene un aire triunfalista con este resultado?
Objetivamente, aspirábamos a que acabe esta pesadilla, a que Ecuador recupere la senda hacia el progreso.
Hablemos claro, le deseo el mejor de los éxitos a Guillermo Lasso porque no estamos para politiquería. El país sufre una crisis histórica, la peor de la historia económica y la peor sanitaria de la que haya registros. No es momento de politiquería, hay que arrimar el hombro para salvar vidas y recuperar la economía que también salva vidas.
Le deseo el mayor de los éxitos, pese a que no concuerdo obviamente con su ideología neoliberal y nuestro bloque de asambleístas tratará de dar la mayor gobernabilidad dentro de lo aceptable, porque tampoco nos vamos a prestar para privatizaciones y todas esas cosas.
Va a tener todo nuestro apoyo para superar el gravísimo problema que atraviesa el país, pero no nos engañemos, es la continuación del gobierno de (Lenín) Moreno, él cogobernó con Moreno. Son las mismas políticas y muy probablemente esto nos lleve a perpetuar la crisis.
Entonces, nosotros no es que seamos triunfalistas, sino que reconocemos el capital político que tenemos y responsablemente lo vamos a poner en función del bienestar del país. No buscamos espacios para nosotros, buscamos el menor dolor para la gente y Ecuador está destrozado.
Definitivamente el correísmo y sus aliados van a ser un actor clave ya que tienen la primera minoría dentro de la Asamblea. Me pregunto qué papel van a jugar. Hay quienes piensan que el correísmo puede ser la piedra en el zapato de Guillermo Lasso desde el Legislativo.
Hay que cambiar esa mentalidad.
La obsesión de los políticos latinoamericanos y de los ecuatorianos en particular debe ser superar el subdesarrollo, 200 años de subdesarrollo, pobreza, exclusión, desigualdad, marginalidad, discriminación de nuestros pueblos ancestrales. Esos son nuestros grandes retos, no ser piedra del zapato de nadie.
Nosotros somos constructivos, propositivos. Entonces vamos a hacer una oposición responsable, que va a dar gobernabilidad.
La gente votó por el neoliberalismo, votó por la derecha, que se aplique un proyecto de derecha.
Si es para el plan de vacunación tendrán todo nuestro respaldo, todas las leyes que haya que aprobar en la Asamblea.
Si es para privatizaciones no concordamos con eso y representamos a un 47,5% del pueblo ecuatoriano, que dijo que está en contra de eso, y nos vamos a oponer pero jamás con el afán de desestabilizar sino de arrimar el hombro, sobre todo para superar la crisis sanitaria y que se salven vidas y superar la crisis económica sin que saqueen al país con privatizaciones.
¿Cómo piensa trabajar en el ámbito económico con el gobierno de Guillermo Lasso, ya que dice que va trabajar colaborativamente?
Bueno, desde nuestro espacio que es la Asamblea.
Nosotros no vamos a ser parte del ejecutivo y jamás lo vamos a ser con un gobierno que es la antítesis de lo que pensamos.
Le deseamos el mejor de los éxitos, porque es el éxito del Ecuador, pero creemos que con las políticas que ha propuesto no vamos a salir de la crisis. Son las mismas políticas que se impusieron en Grecia, para la crisis de los subprime en 2008 y todavía no sale Grecia de su crisis con esas políticas de austeridad.
Se han ofrecido cosas como salarios básicos de 500 dólares, cuando fueron los que se opusieron a aumentar ni un centavo del salario el año pasado. Vamos a ver cómo cumple esas promesas, pero a la vez habla de políticas de austeridad.
Entonces, temo que con esa clase de políticas no superaremos rápidamente la crisis que es lo que se necesita, pero como le decía ellos cuentan con todo nuestro apoyo, es el momento de la unidad nacional.
¿Cuáles propuestas cree que necesita el país?
Por ejemplo, los créditos que dijeron que iban a dar los vamos a apoyar totalmente. La gente necesita créditos.
Ahora hay que ver cómo los financian y cómo le van a dar crédito a gente que está sobreendeudada sin aliviarle primero la deuda. Primero habrá que aliviar las deudas y en todo eso vamos a apoyar.
La otra pregunta que muchos se hacen es si este nuevo rol que va a tener desde la oposición lo va a hacer vía remota desde Bélgica o si va a regresar al Ecuador.
No me interesa estar en política.
Yo lo dije en el 2014, que no me iba a presentar en 2017, y usted sabe, tiene sus fuentes, que si me presentaba en 2017 ganaba las elecciones.
Pero es que me iba a retirar de la política, que después de vivir 25 años en Ecuador con mi familia que es binacional, mi esposa es belga, mis hijos tienen la doble nacionalidad, era justo y era hora de vivir unos años en Bélgica. Mis suegros estaban ancianos, y de hecho fallecieron.
Ese era mi plan de vida, volver a la academia.
Tuve que involucrarme nuevamente en política por la persecución brutal que empezó a hacer Moreno cuando nos traicionó y se vendió a la derecha y comenzó a cogobernar con la derecha y tiró a la basura el programa de gobierno que ganó en las urnas. No solo nos traicionó a nosotros. Fue una traición al voto de la gente, un cambio de 180 grados en el plan de gobierno aprobado en las urnas.
Traicionó a sus compañeros, traicionó la democracia, al pueblo ecuatoriano, y me empezó a repletar de juicios. 39 juicios penales tengo, de secuestro, de homicidio, de soborno, de todo.
Entonces frente a eso, frente a la persecución de mis compañeros, frente la destrucción de mi país, frente a esa difamación, a ese discurso único de que la corrupción generalizada… Para empezar, 10 años fue parte de nuestro gobierno, Moreno. ¿Dónde estaba mientras la corrupción era generalizada? Es tan sencillo como eso.
No solo nos han robado la verdad, nos han robado el sentido común.
Todas han sido calumnias, todas han sido mentiras, difamación. Frente a esto tuve que regresar a la política para defender el legado de mi gobierno, para defender la verdad, defender nuestro honor defender a mis compañeros, pero no me interesa, a mí no me interesa ningún puesto.
Hubiera querido seguir tranquilo en mi casa escribiendo los libros que estoy tratando de hacer y que hubiera acabado si no hubiera habido esta persecución tan brutal.
En todo caso, en lo posible voy a dejar que el nuevo liderazgo, Andrés (Arauz) y muchos otros jóvenes, manejen esto, pero obviamente algunas veces me consultarán y todavía no puedo regresar al país mientras no se resuelvan todos estos problemas jurídicos que yo creo que más temprano que tarde se derrumbarán.
Son alrededor de una treintena de procesos abiertos en Ecuador y una sentencia también por cohecho, a 8 años de prisión. Usted le ha pedido a Guillermo Lasso que cese lo que usted llama el lawfare, o sea que la justicia sea utilizada con fines políticos. ¿Usted insiste en su inocencia?
No se lo digo yo, se lo dice su propio asesor político (de Guillermo Lasso), Durán Barba.
Usted puede leer, en el periódico Página 12 la fecha 13 de abril: «Jaime Durán Barba: Lenín Moreno se dedicó a perseguir a Correa de manera absurda», y él, Durán Barba, el asesor político, consultor y estratega que ha hecho ganar a Guillermo Lasso y que hizo ganar a Macri en Argentina lo dice: Correa es un perseguido, se lo persiguió de manera absurda y le aconseja a Guillermo Lasso no hacer lo mismo.
Porque en el largo plazo es perjudicial. En el caso argentino, donde mantuvieron viva a Cristina (Fernández) y derrotaron a (Mauricio) Macri, y en nuestro caso, donde probablemente nos hubieran derrotado mucho más fácilmente si se olvidaban de nosotros. Nos han tenido presentes, hemos quedado en segundo lugar con 47,5% de los votos y si más tarde puedo regresar al país les vamos a ganar las elecciones.