Bosch mostró desconfiado y débil juicio eligiendo pobremente sus compañeros de boleta desde 1962 hasta que apareció Leonel en 1994.
Para Balaguer, quien ayudó a tumbar a Horacio Vásquez en 1930 y gobernó muchísimo de 1961 a 1962, 1966 a 1978 y 1986 a 1996, aparte de años abajo, seleccionar vicepresidentes (él lo fue) fue habitual; nadie lo hizo más veces. Guzmán acertó con Majluta pues logró una necesaria alianza que fortaleció su PRD.
Jorge Blanco prefirió un moribundo cazurramente evitando sombras sucesorias. Peña Gómez, intenso y apasionado, refulgía tan cegadoramente que casi nadie recuerda quiénes propuso para vice. Hipólito Mejía demostró madera de estadista escogiendo a Milagros Ortiz. Leonel puso primero a Fernández Mirabal y luego acertó con Alburquerque, uno de los mejores vicepresidentes.
Fueron también excelentes Carlos Morales y Jacinto Peynado, cuya distancia de la presidencia, apenas un latido, resultó interminable… Margarita Cedeño ha sido magnífica, aunque su zigzagueante lealtad política empaña su brillantez.
Como al casarse, escoger acompañante revela mucho del carácter. ¿Quiénes serán los vicepresidentes para mayo?