¿Quiénes contaminamos el ambiente?
Desde hace décadas, ambientalistas, comunicadores, empresarios y ciudadanos, han señalado a la minería como la principal fuente de contaminación que afecta al medio ambiente y a la población, lo cual no se corresponde con la verdad, ni con la realidad, y eso es muy fácil de demostrar al analizar la contaminación sectorial.
La primera causa de contaminación ambiental es el descontrolado crecimiento urbano, sin planes de ordenamiento territorial, y sin planificación de los servicios sanitarios básicos, lo que lleva a cientos de miles de personas a vivir a orillas de ríos, arroyos y cañadas, depositando sus desechos sólidos, cargados de coliformes fecales, en las mismas aguas que utilizamos para nuestros servicios básicos, mientras los gobernantes se han descuidado y no han construido alcantarillados sanitarios, ni plantas de tratamiento de aguas servidas, y todas las aguas cloacales terminan en nuestros ríos, y en nuestras aguas subterráneas, produciendo la terrible contaminación ambiental que todos conocemos, pero que nos negamos a mencionar por saber que somos responsables de ese terrible mal.
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Los 10 ríos más contaminados del país son el Higüamo, Ozama, Isabela, Haina, Camú, Yaque del Norte, Duey, Lebrón, Jaya y Nigua, y ninguno de ellos ha sido contaminado por la minería, sino por los desechos urbanos, aunque, a decir verdad, el arroyo Margajita, que sale de la mina de oro de Cotuí, hasta hace pocas semanas se mantuvo siendo el arroyo más contaminado por acidez extrema y metales pesados, problema que ya ha sido resuelto.
El segundo sector más contaminante es la industria agropecuaria, pues las granjas de cerdos y de pollos vierten sus aguas residuales, cargadas de heces fecales con alto contenido de bacterias, en los ríos y arroyos vecinos, mientras los cultivos de arroz y de otros vegetales utilizan grandes volúmenes de herbicidas, plaguicidas y fungicidas que producen muertes por intoxicación, contaminación de suelos y degradación de aguas superficiales y subterráneas.
El tercer sector más contaminador es la industria hotelera, ya que nuestros hoteles, donde se alojan unos 4 millones de turistas anualmente, carecen de alcantarillados sanitarios, y se dispone de las aguas servidas de los inodoros a través de pozos filtrantes que descargan directamente en las aguas subterráneas que fluyen a través de una roca caliza coralina altamente porosa, lo que provoca que las bacterias vayan directamente a las aguas subterráneas, y desde allí hasta las playas vecinas; pero aunque muchas veces lo hemos dicho frente a ellos, y aunque se habla de resolver ese grave problema, la realidad es que no hacemos nada para resolverlo.
El cuarto sector más contaminador es la industria en general, pues nuestras industrias usualmente no disponen de plantas de tratamiento para sus efluentes, y para sus dueños es más práctico y más barato lanzar sus efluentes a los ríos y arroyos cercanos, o a las aguas subterráneas, en lugar de cumplir con la Ley Ambiental 64-00.
El quinto sector contaminador es la minería a cielo abierto, la que por descuidos de los mineros y de las autoridades ha estado abriendo y deforestando muchos frentes simultáneamente, han permitido drenajes ácidos y han emitido gases cargados de partículas carbonosas, pero como la minería es más fea, se prefiere cargarle todas las culpas del deterioro ambiental a las industrias mineras.
Aquí todos hemos sido contaminadores, sin excepción, pues no hay nadie libre de culpas, incluyendo sacerdotes, senadores, diputados, funcionarios y pública en general, y la peor irresponsabilidad social es pretender cargarle todas las culpas a la minería y convertirla en el chivo expiatorio que enviamos al desierto para que al morir lave nuestros pecados ambientales.
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