No, un verdadero judío es aquel que tiene el corazón recto a los ojos de Dios.
La verdadera circuncisión no consiste meramente en obedecer la letra de la ley, sino que es un cambio en el corazón, producido por el Espíritu.
Y una persona con un corazón transformado busca la aprobación de Dios, no la de la gente. Romanos 2:29
¿Quién soy realmente? Esta es una pregunta que puede estar calando tu mente.
Si esa es tu preocupación, este es un precioso momento para poder mostrarte la verdadera persona que debes ser.
Esto no se trata de lo que tu familia, amigos, puedan pensar de ti, sino lo que puede pensar Dios de ti.
Manipulación de tu vida. Muchas personas, en todos los órdenes de la vida, están enfrascadas en controlar y dirigir tu vida, quieren disfrazarte como ellos se disfrazan, pero cuando tú puedes llegar a ver las cosas diferente que ellos, comienzan a estigmatizarte.
Cuando descubres la Escritura. En el texto de Romanos nos dan una clara visión de lo que puede ser tu vida delante de Dios.
Tienes que ser un verdadero hijo de Dios, pues tu corazón será recto a los ojos de Dios.
Tu corazón amará al Señor con toda tu alma. Podemos pensar en nuestra “formación espiritual” en Cristo como interacción con Dios en la renovación de nuestro corazón o la formación de nuestro espíritu o voluntad.
Doblemente libre. Cuando tu vida llega a este punto eres reiteradamente libre del pecado y de los hombres.
En cuanto las decisiones y sentimientos, estarás siempre en la aprobación de Dios, que es lo más trascendental para tu bienestar.
¿Quién soy realmente? “El Señor… forma el espíritu del hombre interior”, deséalo.