Del inusitado interés que pueden estar causando los complejos y constantes hechos de criminalidad que azotan a la sociedad dominicana, surge la cuestión de quién está impulsando la criminología dominicana para contribuir a la búsqueda de respuestas a tan graves fenómenos violentos.
O puede decirse directamente que son los institutos de criminología los que tienen la obligación de explicar ciertas especies de criminalidad, no siempre claras para el ciudadano común.
En primer lugar, una criminalidad organizada desde las estructuras de poder, cuyo rasgo esencial es extraer al delincuente poderoso de la esfera de la ley; en esta categoría se encuentran o se concentran los infractores que son agentes o representantes del aparato estatal.
En la estratificación política ellos están una línea por debajo de lo que se ha denominado alguna vez criminalidad de los poderosos, o criminalidad de difícil persecución.
En segundo lugar lo forman los delincuentes que cometen abuso de poder; es decir, los delincuentes fuera del alcance de la ley penal.
De una forma simbólica, el abuso de poder pone límite a la ley penal creando valores, voluntades ideales; creando consenso de actividades decretadas ilícitas, dando poder a sus clases, generalmente ya ubicadas dentro del mayor centro de poder que es el Estado.
Las principales formas de abuso de poder se expresan a través de la corrupción administrativa, soborno, el narcotráfico, lavado de activo, y, en general, los asaltos a entidades bancarias.
Pero estas formas de violencia no son más que coyunturas del derecho penal autoritario, cuya sede está ubicada en el aparato del Estado, frente al “derecho penal marginal”, que deja fuera los marginados del poder mundial.
En la República Dominicana el Instituto de Criminología de la UASD es una entelequia, y lo seguirá siendo mientras no se democratice. La mayoría de Congresos de Criminología y Ciencias Penales abordaron problemas tan importantes a partir de la criminalidad compleja, que sirvieron para salir de la crisis del discurso jurídico-penal.
Pero al unísono en que el sistema de justicia penal fue aprendiendo de las transformaciones que fueron puestas en evidencia en los congresos de esas épocas y que atravesó varias décadas con criminalidad escasamente homicida a una permanencia de asesinatos, el crimen organizado fue creciendo, se hizo necesario organizar las ideas criminológicas.
Es por eso que debemos preguntar, ¿quién impulsa la criminología en RD?