Quién es Anna Delvey: veinteañera se hizo pasar por rica, estafó bancos y amigos; ahora Netflix cuenta su historia

Quién es Anna Delvey: veinteañera se hizo pasar por rica, estafó bancos y amigos; ahora Netflix cuenta su historia

Quién es Anna Delvey: veinteañera se hizo pasar por rica, estafó bancos y amigos; ahora Netflix cuenta su historia

Anna Delvey

Se presentaba ante el mundo como Anna Delvey, la heredera alemana de una fortuna estimada en unos US$67 millones.

Delvey vivía en hoteles cinco estrellas, vestía ropa de diseñadores de alta costura, asistía a fiestas exclusivas, viajaba en aviones privados y daba generosas propinas de US$100.

Sus credenciales pronto le ganaron un lugar entre la alta sociedad de Nueva York.

El único problema es que Anna Delvey nunca existió realmente.

Su verdadero nombre era Anna Sorokin, una estafadora de nacionalidad germano-rusa de 28 años de edad, que fue condenada a entre 4 y 12 años de cárcel por varios delitos de fraude por haberse apropiado mediante múltiples engaños de US$275.000.

Anna Sorokin durante una comparecencia en los tribunales.
Sorokin pidió perdón poco antes de escuchar su condena.

«La supuesta conducta criminal de esta acusada osciló desde cometer fraudes con cheques hasta robo de préstamos por montos superiores a los US$100.000 e incluyó complots que resultaron en unas vacaciones gratis en Marruecos y viajes en aviones privados», dijo Cyrus Vance, el fiscal de distrito de Manhattan, cuando presentó los primeros cargos en su contra en octubre de 2017.

Aviones privados y viajes de lujo

Entre noviembre de 2016 y agosto de 2017, Sorokin no solamente estafó a hoteles, bancos y negocios sino también a amigos, de acuerdo con la Fiscalía.

Ella se sentía cómoda en el mundo de la moda y de las bellas artes, y afirmaba tener planes para crear un club de artes privado que se iba a llamar la Fundación Anna Delvey.

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Sorokin afirmaba que necesitaba pedir dinero prestado, alegando que había obstáculos burocráticos que no le permitían mover su fortuna de Europa a Estados Unidos.

En noviembre de 2016, presentó documentos falsos -incluyendo estados de cuenta bancarios- para solicitar un crédito por US$22 millones para abrir su club de artes en Manhattan.

Anna Sorokin
Pese a su reputación, Anna Sorokin tiene más de 56.000 seguidores en Instagram.

La solicitud fue denegada pero, de todas formas, recibió un adelanto por US$100.000.

De acuerdo con los fiscales, Sorokin usaba cheques sin fondo para mover el dinero entre cuentas en distintos bancos y retiraba los fondos antes de que los cheques rebotaran.

La Fiscalía la acusa de usar fondos fraudulentos para pagar una cuenta por US$30.000 en un hotel en Soho, una zona de moda en Nueva York.

También está señalada de alquilar un avión privado y nunca pagar la factura de US$35.000.

Un jet privado en un aeropuerto.
Un jet privado digno de una heredera de una fortuna valorada en US$67 millones.

Una de sus víctimas, Rachel Williams, le dijo a la publicación New York Magazine que había sido invitada por Sorokin en un viaje con todos los gastos pagados a Marruecos. Cuando la tarjeta de crédito de la falsa heredera fue rechazada, ella le pidió a su amiga que pagara la cuenta, prometiendo devolverle el dinero.

El viaje incluyó el alquiler de una villa de lujo con piscina y un mayordomo privado durante seis noches. Williams nunca recuperó los US$62.000 que pagó.

«Esto no es un desfile de moda»

Sorokin usó el dinero estafado para comprar costosa ropa de diseñadores, para sesiones de entrenamiento personal y para su lujoso estilo de vida, según la Fiscalía.

Durante 10 meses, Anna Sorokin vivió una vida de lujos haciéndose pasar por un miembro de la alta sociedad de Manhattan.
Durante 10 meses, Anna Sorokin vivió una vida de lujos haciéndose pasar por un miembro de la alta sociedad de Manhattan.

Pero su abogado defensor, Todd Spodek, le dijo al jurado que su cliente nunca tuvo la intención de robar el dinero de nadie. Él afirmó que Sorokin solamente intentaba ganar tiempo hasta poder poner en marcha un negocio exitoso para pagar todas sus deudas.

Durante el juicio, hubo un detalle que captó la atención de los periodistas: el alto costo de la ropa de la acusada, que incluía marcas lujosas como Yves Saint Laurent y Miu Miu.

Según algunas fuentes, Sorokin tienía su propio estilista y en dos ocasiones fue amonestada por llegar tarde al juicio, luego de negarse a vestir las ropas que recibió para ir al tribunal alegando que no estaban a la altura de sus estándares.

«Esto no es un desfile de moda», dijo molesta la jueza Diane Kiesel en una de esas ocasiones, cuando Sorokin finalmente llegó a la sala. «Esta es la última vez que estamos jugando con la ropa».