El economista Thomas Sowell ha escrito formidables ideas acerca de cómo la cultura del gueto, en negros y judíos, ha operado de manera distinta, resaltando que tanto o más que la genética importa la actitud comunitaria sobre la educación e instrucción públicas.
Resumirlo aquí es difícil, pero viene como anillo al dedo para los dominicanos. Lo confirmé revisando unos libritos infantiles sobre historia que causan pasmo.
Según leí, Trujillo, Boyer y el esclavo insurrecto Lemba son figuras casi modélicas, cuyas virtudes opacan cualquier pecadillo, mientras auténticos héroes como Sánchez, Nouel o Bosch son apenas notorios por sus modestos aportes patrióticos. Semejante bazofia no forma ciudadanos conscientes como requiere la nación para sobrevivir.
Otra minucia: las obrillas no indican en cuál fecha fueron impresas, un requerimiento legal. Ese disimulo hace creer, al iniciar el año escolar, que son ediciones actualizadas.
¿Cómo mejoraremos si hay tanta impune deshonestidad –intelectual y comercial— en asuntos tan sencillos? Urge revisar el contenido de libros escolares, revalorizar cómo y qué enseñamos, para mejorar nuestra pobrísima calidad educativa.