¿Que trajo el Fondo?

¿Que trajo el Fondo?

¿Que trajo el Fondo?

Frederich E. Bergés

En República Dominicana todos saben que cuando nos referimos al Fondo, estamos hablando del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esto a propósito de la recién concluida visita al país por parte de una misión técnica, quienes vinieron en cumplimiento del mandato establecido en el artículo IV de sus estatutos y de los cuales somos suscriptores.

La visita se llevó a cabo en un espacio de dos semanas y cubrió amplias entrevistas con diferentes sectores económicos privados y públicos.

El objetivo era establecer si la economía dominicana se está desenvolviendo dentro de parámetros de cumplimento aceptables y si era necesario o no llevar a cabo acciones adicionales que asegurasen el clima de estabilidad que se ha vivido a lo largo de las últimas dos décadas.

En primer lugar, se nos confirma que nuestra economía deberá crecer a lo largo del presente 2024 cercano al 5 % de nuestro producto interno bruto (PIB). Este crecimiento estará acompañado de una inflación estimada en el rango meta establecido por el Banco Central de un 4 %, con una posible variación de más o menos un 1 %.

Obviamente estas cifras estarán sujetas a las condiciones de la economía mundial, tanto en la demanda de nuestros bienes y servicios como en los precios de los bienes primarios, sobre todo el petróleo.

En segunda lugar, nos dejan una serie de recomendaciones para mantener el buen desempeño exhibido hasta ahora. Entre esas recomendaciones se destaca la aseveración de que es imperiosa la ejecución de un reforma fiscal, tanto en gastos como ingresos. Por igual enfatizaron la necesidad de reducir al máximo el sostenido y creciente déficit del sector eléctrico, los subsidios y las exenciones impositivas.

El Fondo no trajo nada nuevo. Tanto sus conclusiones como recomendaciones ya las hemos comentado en escritos anteriores.

Tal vez la novedad sea que un organismo del prestigio del FMI coincida con nuestra visión dándole mayores seguridades al Gobierno de que ha de emprender el camino de las reformas ya conocidas de una manera prudente para no perjudicar más a la sociedad y preservando las metas de crecimiento económico como el camino óptimo para el bienestar general.