SANTO DOMINGO.- Los últimos cinco meses han bastado para que el nuevo tipo de Coronavirus produzca un desmiembre social que ya amenaza con desaparecer del todo, las proyecciones de crecimiento económico a mediano y largo plazo.
Si bien todavía no es prudente hablar de cifras (no existe vacuna para la Covid-19 y aún no ha sido controlada su expansión), ya la CEPAL estimó que la contracción del PIB de los países de la región tendrá valores porcentuales por debajo de 0%.
Esto producirá un efecto adverso para la mayoría de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), impulsados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con la aprobación de 193 Estados entre ellos naturalmente, República Dominicana.
¿Por qué son importantes los ODS?
Los ODS forman parte de una agenda mundial que procura poner fin a la pobreza, lograr seguridad alimentaria y construir una infraestructura industrial resiliente que promueva la innovación y el empleo decente para todos.
También incluyen los aspectos educativos, de salud, igualdad de género, protección al medio ambiente y buscan mejorar las modalidades de consumo.
Pero, varios de ellos entre los cuales destaca el empleo pleno y decente para todos, se teme que hayan sido golpeado nocivamente a largo plazo dificultando su cumplimiento en la fecha señalada: 2030.
El economista y catedrático del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, Pavel Isa Contreras, cree que los efectos adversos de la pandemia no serán similares a crisis previas.
“Estamos siendo testigos de un deterioro de la base económica y el desempleo que suele ser temporal se podría convertir en permanente, es decir, a largo plazo”, dijo Contreras.
Explicó que no se se trata de una crisis tradicional que se resuelve con medidas Keynesianas (de estímulo a la demanda y el gasto público) o con políticas monetarias flexibles que faciliten el acceso al crédito.
Aunque considera que ambas son imprescindibles, afirma que la actual pandemia continuará destruyendo base productiva.
“Eso promete retrocesos significativos en los indicadores de los ODS de empleo, pobreza y hambre lo cual erosionará la base tributaria y a la vez la salud y la educación pública”, sentenció Isa Contreras.
Los ODS y República Dominicana
La posición de Isa Contreras, es compartida por el ministro de Economía Planificación y Desarrollo, Juan Ariel Jiménez.
“Este año —declaró Jiménez—, van a aumentarse los indicadores de la pobreza y el hambre”.
Reflexionando sobre las debilidades del sistema de salud, dijo que aún con el distanciamiento social, este sufre y que muchos que padecen enfermedades crónicas verán agravarse su condición, por las restricciones en algunas áreas hospitalarias y el temor a ser contagiados.
En cuanto a los ODS dijo que algunos se están cumpliendo más que otros porque cada país se ajusta a sus realidades, pero que por efectos de la pandemia, va a ser mucho más difícil alcanzarlos.
“Muchos de esos objetivos están relacionados al ingreso. Pero hemos tenido que por la pandemia, disminuir la dinámica laboral”, apuntó.
Aprendiendo y superando la crisis
Entre los retos a enfrentar en el porvenir inmediato está el de priorizar la salud de la gente convirtiendo el sistema de salud dominicano a uno que priorice más la atención primaria y que sea menos hospitalocéntrico.
“En gran parte el éxito de control de la pandemia es la rápida identificación de los casos a nivel de las casas y no hospitalariamente, se debe evitar que el paciente llegue a los hospitales”, aseguró Jiménez.
Su postura es fácilmente sustentada en el ejemplo de la provincia china de Wuhan. En un nuevo repunte del Covid-19, las autoridades del gigante asiático se movilizan para hacerles pruebas a sus once millones de habitantes.
“Es que es lo primero que tenemos que tener —afirma Contreras—, una robusta estrategia sanitaria, muchas pruebas para así poder reducir los contagios”.
En segundo término, fortalecer las medidas de compensación social y extenderlas hacia los emprendimientos informales que abrigan a la población más vulnerable.
Al respecto, Jiménez abogó por un mayor nivel de institucionalidad en los esquemas de asistencia social logrando entre otras cosas mayor información de las familias en condiciones vulnerables y evitar el cruce de las ayudas.
Un mundo post-Covid-19
El coordinador residente de la ONU en el país, Mauricio Ramírez, apunta a que tras controlar la emergencia sanitaria y el impacto social generado, la comunidad internacional deberá centrarse de manera escalonada en la recuperación económica, la colaboración multilateral y crear las bases para una mejor cohesión social y resiliencia comunitaria.
Estas medidas incluyen, asesoría en materia de políticas integrales, escalamiento de programas de empleo intensivos y apoyo a la innovación y el emprendimiento.
“También abogamos por la promoción de la resiliencia a nivel comunitario y rural además del fomento del diálogo social inclusivo”, dijo Ramírez.
Aunque todavía no sabemos con exactitud la magnitud del daño económico y el retraso de los ODS, los gobiernos deben centrarse en pensar en una nueva realidad.
“La idea no es tratar de reconstruir la economía vieja sino de empezar a crecer con una nueva política de desarrollo productivo que permita un crecimiento que sea más resiliente a procesos similares al Covid-19, concluyó Isa Contreras.
Estas reflexiones fueron presentadas en el diálogo: Crisis Sanitaria y las políticas urgentes para garantizar los ODS 2030, organizado por el movimiento cívico no partidista Participación Ciudadana.