¿Qué significa más aranceles?
En el contexto del comercio exterior, el arancel se ha convertido en un derecho de aduana sustentado en una ley como forma para regular la entrada y salida de mercancías por las fronteras de un país, o entre países.
Por tales razones, los aranceles aplicados a la importación y, en menor medida, a la exportación son disímiles para cada producto y cada Estado que procuran dos finalidades fundamentales, como son la de proteger la competitividad de los bienes nacionales y la de recaudar, es decir, que sirve como fuente de ingresos para el Estado.
En la dinámica de la administración aduanal existen varios tipos de aranceles destacándose, básicamente, el arancel ad valórem que trata del impuesto que especifica un porcentaje fijo sobre el valor de aduana del producto, el cual toma en cuenta que el valor en aduana recoge el coste, el precio del seguro y del transporte.
En adición, están el arancel específico, que es un impuesto que detalla como una cantidad fija de dinero por unidad física importada o exportada, y el arancel mixto, el cual es una combinación de ambos.
Al establecer cualquier tipo de arancel sobre las transacciones del comercio internacional, a esto se le denomina barrera comercial, y esto perturba a la oferta y demanda de bienes procedentes del exterior. Pues si un país coloca un arancel, a todos los bienes oriundos de otros países, tienen que pagar un impuesto al pasar por la aduana, con lo que el precio al que estos bienes ingresan al interior, entonces, será igual al precio original más el arancel que ha sido colocado.
Es razonable pues, que al aplicarse un arancel más elevado, este termina produciendo básicamente tres efectos; en el consumo, el arancel encarece el precio del producto importado y, en consecuencia, perjudica al consumidor nacional.
En la producción, la imposición del arancel beneficia en términos de competencia a la industria nacional, en tanto que, en los ingresos el gobierno del país que impone el arancel recibe mayores ingresos derivados del arancel, esto es, que el ingreso fiscal del Estado se incrementa.
A la Luz de la razón, los aranceles tienen el riesgo de hacer menos eficiente a la industria nacional, porque reducen la competencia.
Además, una mayor imposición de aranceles puede provocar la reciprocidad del otro país, arrastrando a lo que se denomina una guerra comercial entre países exportadores, cuyas consecuencias es la destrucción de los beneficios potenciales que recibirían los consumidores de los bienes que se tranzan en el comercio internacional.
Especificando la aplicación de aranceles a las importaciones se tiene que estos hacen que los bienes extranjeros sean más caros, incentivando la compra de bienes nacionales, en perjuicio de los bienes extranjeros.
Pero resulta que los gobiernos también justifican la aplicación de los aranceles para proteger los empleos nacionales, las industrias nacientes, para tomar represalias en contra de un socio comercial o para proteger a sus consumidores.
En relación a las exportaciones, un arancel menos común, es aquel que se impone sobre un bien o servicio vendido al exterior de su país. Ordinariamente se imponen por los países exportadores de productos primarios, bien sea para incrementar los ingresos o bien para generar escasez en los mercados mundiales y de esta manera elevar los precios mundiales.
Al observar el rumbo que han tomado las discrepancias entre China, México, Canadá y EE. UU, se puede afirmar que tal situación se ha torna difícil de resolver e inmanejables, fruto de que la misma involucra la transferencia de tecnología y acceso a los diversos mercados, perturbando el bienestar de los consumidores.
Pues lo que está tras fondo en este forcejeo comercial es la idea de cambiar la estructura de la economía global y el predominio absoluto de los espacios comerciales de una potencia donde cada día se desarrollan las tensiones por los aranceles, en perjuicio de las economías emergentes, así de simple.
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