Aquellos que quieren imponer sus intereses en contra de todo un conglomerado humano que conforma una nación, si no tienen la posibilidad de usar una intervención militar en lo inmediato, cambian su método, y en vez de usar las armas, utilizan “una injerencia sin violencia” y se enfocan en un plan estratégico que les permita destruir pilares tan importantes para el sostenimiento de esa nación tales como: la soberanía nacional, la identidad, la democracia y la disminución de su capacidad de legislar a través de mediaciones, con el objetivo de lograr una intervención completa.
Ese inicio de una lucha sin violencia trae consigo una lista detallada de lo que se deberá cumplir:
Descredito internacional
División entre la población
Incapacidad de legislar u oponerse a leyes que refuerzan la soberanía y su territorio
Sanciones internacionales
Bloqueos
Inversión de valores, y otros.
Pero ese objetivo podría muy fácilmente frustrarse utilizando sus mismos métodos.
La nación que corre el riesgo antes dicho, puede imponerse desarrollando una “Revolución sin violencia”, cuyo símbolo seria su escudo nacional y su líder el pueblo. La unidad de toda una nación constituiría una fuerza indestructible humanamente hablando, respaldada por los buenos principios, por Dios, por la dignidad y el deseo de vivir libre de toda injerencia como nación. Unidad de todos los poderes del estado y de la sociedad civil sería la mejor arma para sostener toda una identidad.
¿Cuándo en la historia humana se ha visto que un pueblo dividido puede sobrevivir?
Recuerdo algunas “Revoluciones sin violencia” que recientemente se han realizado en RD, como por ejemplo, la lucha por el 4 % y por Loma Miranda. Son movimientos que surgen con buenas estrategias, en donde no se usa violencia para lograr un objetivo. El problema de nuestro país quizás radica en que todo lo politizamos, pero que sepan que estamos unidos en enfrentar el peligro que corre nuestra patria, que nunca usaremos violencia física, que somos inteligentes, amables y que hemos aprendido a defender los mejores intereses de nuestro pueblo en paz. Tenemos nuestras leyes que las defenderemos de una forma no violenta, con la unidad del pueblo dominicano.