No puede caer nada bien en la población de Santo Domingo Norte y municipios cercanos, el anuncio hecho por el ministro de Salud y el director del Servicio Nacional de Salud, de que el hospital Nelson Astacio será para médicos y sus familias, pero que también podrán asistir todos los ciudadanos.
Hasta esta última parte vamos bien, pero ¿qué tan cierto sería eso una vez esté concluido el centro? ¿Podrán acudir los ciudadanos comunes y serán atendidos sin todas las trabas por lo lo difícil que resulta ir a un hospital de ese tipo?
El ministro respondería a los ciudadanos que ese será su hospital y que podrán ir sin problema en busca de servicios de salud, pero eso está por verse.
Ahorita a los médicos les da la gana de no atender a los que no son de su clase y se la ponen en China. ¿O acaso dejó de ser así en los hospitales de la Policía y las Fuerzas Armadas, donde un civil pasa todas las luchas del mundo para ser atendido aunque sea una emergencia?
Ese es el temor, y con mucha razón representantes de organizaciones comunitarias de Villa Mella, a las que me uno, rechazaron esa decisión de las autoridades.
Quienes residimos en esos entornos llevamos casi diez años esperando la terminación de ese hospital, porque allí no existe un centro de medicina general que cubra las demandas de la población.
Ese hospital es un gran anhelo para los “villamelleros”, que como ya dije, se han pasado cerca de una década esperando su terminación, porque fueron paralizados los trabajos y la infraestructura quedó abandonada.
Sin embargo, se prometió terminarlo en seis meses ahora que se les ofreció a los galenos, cuando anteriormente se alegaba que había problemas con la empresa que tenía a cargo su construcción y otras excusas, como si esa constructora fuera más poderosa que el Gobierno.
Los médicos, policías, militares, maestros, legisladores y sus familiares se merecen un hospital, y quizá más, pero debemos tener claro que esos centros no solo operan con los impuestos de ellos, también los familiares de los que no pertenecen a esos segmentos deberían tener el derecho de ser atendidos en cualquier hospital del Estado y recibir una salud de calidad, como lo establece la Constitución.
Esperamos con júbilo la terminación de nuestro hospital general, que viene a completar la Ciudad de la Salud en la avenida Charles de Gaulle, donde hace años operan tres centros asistenciales especializados.
Ojalá y que todo sea como lo anunció el ministro de Salud Rafael Sánchez Cárdenas. Ojalá que allí no se le niegue la salud a ningún ciudadano, sin importar que sea un hijo de “machepa” o de un distinguido doctor.