Que se descontinúe el relajo de de dejar las obras a su suerte

Que se descontinúe el relajo de de dejar las obras a su suerte

Que se descontinúe el relajo de de dejar las obras a su suerte

Hugo López Morrobel

Desde hace años, se observa una verdadera afrenta y deshonra para el deporte dominicano, el abandono a que ha estado sometido el coliseo de boxeo Carlos “Teo” Cruz, producto de la irresponsabilidad de las autoridades que, excepto para los Juegos Panamericanos de 2003, ejecutaron una remodelación, mediante la cual se colocó a la altura de los mejores del área Centroamericana y del Caribe.

La semana pasada el ministro de Deportes, Francisco Camacho, informó que iniciarán en los próximos días los trabajos con el objetivo de colocarlo al nivel que le corresponde.

Esta obra, inaugurada en el último gobierno de Joaquín Balaguer, fue desamparada a su suerte por décadas, sin que apareciera ningún dolientes, incluso ignorada por los propios promotores de boxeo y otros deportes de combate, que tras su deterioro, optaron por realizar sus carteleras en otras instalaciones.

Esa orfandad, desidia e irresponsabilidad de esa magnífica obra, es una muestra más de la falta total de planificación y mantenimiento que impera en todas las instituciones estatales, donde infraestructuras de primer nivel, sufren graves daños al poco tiempo de inauguradas.

Y si las autoridades son las máximas culpables, también hay que condenar la irresponsabilidad de quienes conforman el llamado patronato que debe velar por su funcionamiento.

Es el deseo de la mayoría que con esta nueva remodelación al coliseo Teo Cruz, , se mantenga una vigilia permanente para que en poco tiempo, no se convierta en lo que es hoy, un verdadero desastre en todos los sentidos, porque en vez de la práctica de boxeo, es el hogar efímero de los malhechores que deambulan por sus todos sus contornos.