La Constitución de la República, proclamada el 26 de enero del año 2010, trajo consigo el establecimiento de importantes estamentos jurídicos, administrativos y de control, la mayoría consensuados y que, de inmediato, generaron simpatía entre distintos sectores de la vida nacional.
Fue en aquella reforma que la Constitución de la República Dominicana, incluyó estructuras y figuras hasta entonces inexistentes y algunas desconocidas en el país, por lo cual implicó un largo y profundo proceso de conversatorios, análisis y de búsqueda de consenso, contrario a las 37 modificaciones que le antecedieron, desde que fue creada en San Cristóbal, por primera vez, el 6 de noviembre de 1844.
El Tribunal Constitucional de República Dominicana (TC) es uno de esos órganos contemplados en esa Constitución del 2010 que, con la aprobación de la Ley Orgánica 137-11, que lo creó, provocó gran impacto entre quienes valoran la democracia como el sistema idóneo para el fortalecimiento del Estado de derecho, en el que se, consagra el precepto de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
Quedó instalado oficialmente a partir de la audiencia solemne celebrada en el Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el 26 de enero de 2012, en el marco de la celebración del Día de Juan Pablo Duarte, primer constitucionalista de República Dominicana.
Desde que inició sus funciones, el TC ha contado con un único magistrado presidente, el doctor Milton Ray Guevara, a quien pocos, incluyendo adversarios suyos, dudan en definirlo como un “constitucionalista a carta cabal, un profesional y hombre público de admirables dotes”.
Ray Guevara, el magistrado, que pronto arribará a los 12 años consecutivos de haber sido designado Magistrado Presidente del Tribunal Constitucional, en diciembre del año 2011, ha comenzado a despedirse de espacios que ha ocupado, no sólo por su hasta ahora inmaculada posición pública, sino, también, por su innegable, sólida y respetable reputación y trayectoria profesional.
Las primeras sesiones que realizó el Consejo Nacional de la Magistratura para constituir la barra de 13 jueces integrantes del TC, en el 2011, fueron de antología: se presentaron quienes podían hacerlo, quienes querían hacerlo, quienes nunca imaginaron que podían hacerlo y quienes nunca debieron ni intentar hacerlo, lo que significa que hubo bastantes opciones para escoger.
Quienes tuvieron la responsabilidad de elegir, lo hicieron bien, muy bien. Como también lo hicieron quienes escogieron a los sucesores de los miembros del TC que fueron reemplazados en los años 2018 y 2020. Ahora, nuevamente, corresponde el retiro de cinco jueces, entre los que figura el Magistrado Presidente, pero a pocos parecería interesarles sustituirlos o reemplazarlos.
Los otros miembros programados para salir del TC, ahora en diciembre de este año 2023, aparte de Ray Guevara, son Lino Vásquez Samuel, Justo Pedro Castellanos Khoury, Rafael Díaz Filpo y Víctor José Castellanos Pizano. Todos ejemplares.
El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), encabezado por el presidente de la República, Luis Abinader Corona, dio a conocer el cronograma del proceso de escogencia de quienes sustituirán a esos cinco extraordinarios jueces, y el plazo para las postulaciones vence el 7 de noviembre próximo, muy próximo.
Aunque la convocatoria a postulaciones está abierta desde el pasado día 11 de este mes de octubre, no se siente ningún entusiasmo, ningún movimiento, ningún interés. ¿Por qué? ¿Qué está pasando ahí?…
No quiero pensar que la cercanía de procesos electorales de febrero y de mayo puedan estar eclipsando la renovación de los miembros del TC, supuesta a materializarse el 16 de diciembre, de acuerdo a lo calendarizado por el CNM.
Prefiero seguir convencida de que el Tribunal Constitucional dominicano es una conquista de las luchas por la institucionalidad y la defensa de los derechos individuales y colectivos, cuyo impacto es vital en la consolidación de la democracia, como lo establecí en la tesis presentada en el año 2013, para optar por el título de licenciada en Derecho.
Exalto la calidad de los actuales y pasados miembros del TC y abro las puertas de la esperanza para que quienes los sustituyan sean, igualmente, inconmensurables, responsables, comprometidos y con voluntad de acero, para hacer cumplir la supremacía de la Constitución, como fundamento del ordenamiento jurídico, social y político del Estado.
Y no dejo de preguntarme: ¿Qué está pasando con el Tribunal Constitucional dominicano? …Me gustaría conocer a los candidatos.