La tragedia por el derrumbe del edificio de cuatro pisos de una tienda en La Vega quizás pudo haberse evitado si las autoridades municipales, el Ministerio de Obras Públicas y el CODIA fuesen más diligentes con las normas y permisología para construcciones.
Es espantosa la cantidad de edificaciones levantadas, o las modificaciones a estructuras existentes, sin cumplir los requisitos legales.
El colmo fue el reciente derrumbe en Santo Domingo de una centenaria pared nada menos que en la sede del Colegio de Ingenieros y Arquitectos (CODIA), que recibe un porcentaje del valor de las obras públicas por una alegada supervisión. Ante la muerte de varias personas y los daños causados, debe ofrecerse una explicación y la Justicia determine y reclame su responsabilidad a quien le toque.
La rápida reacción de los socorristas, y del presidente Abinader que despachó de inmediato al ministro Paliza a La Vega, augura que no habrá irresponsabilidad ni impunidad.
Demasiadas veces ocurren desgracias similares que no son accidentes ni por causa natural sin que rindan cuentas quienes pudieron haberlo prevenido o evitado.