La pandemia ha puesto en evidencia muchas cosas. Hemos sido testigos de las múltiples brechas sociales y económicas que todavía no se han cerrado a pesar de los esfuerzos que han realizado los organismos internacionales, gobiernos nacionales y diversas instituciones de la sociedad civil.
Tenemos todavía muchos puntos pendientes en la agenda de desarrollo humano e integral en nuestra amada nación.
Uno de esos grandes problemas sin resolver consiste en la gran escasez de talento digital. El gap o brecha entre oferta y demanda de profesionales o talentos digitales se estima, en algunos países del mundo, en más de un 40 por cierto.
Esto quiere decir que para el 2025 se necesitarán miles de profesionales que el conjunto de instituciones educativas no podrán formar. ¿Qué hacer para enfrentar esta situación?
En la República Dominicana hemos tenido varios proyectos gubernamentales con apoyo de organismos internacionales que han pretendido contribuir a la solución de dicho problema.
Las universidades e instituciones de formación técnica, tanto públicas como privadas, también han hecho su aporte.
Sin embargo, el conjunto de dichas iniciativas no pueden satisfacer la creciente demanda de buenos profesionales de tecnología, con dominio del inglés y con las habilidades blandas, que nos permitirían competir a nivel internacional y suplir las necesidades del mercado laboral interno.
Es por eso que se necesita una especie de pacto o plan nacional de desarrollo de la industria tecnológica dominicana, que tenga como centro el desarrollo del talento digital y nos convierta en una potencia tecnológica en la región.
Sería una decisión inteligente que agreguemos a nuestra marca país el elemento digital y hagamos un aporte significativo al ecosistema mundial de innovación tecnológica. ¡Podemos lograrlo! Adelante.