Prometía ser un hermoso día. El sol de las 8:15 de la mañana del lunes 25 de diciembre, así lo anunciaba. Y sin embargo…
No había una gota de sangre en su cuerpo. Pero estaba muerto. En el túnel de la avenida Las Américas, agentes de la Amet rodeaban su cuerpo y la moto en la que se desplazaba. Al lado del cadáver, los agentes hacían lo de rutina, con caras de rutina, de lo que ya no es extraordinario: desviar tránsito, hacer las llamadas correspondientes…
En ese momento pasaba por ahí y sólo atiné a pensar en la familia de ese hombre tendido allí, brazos abiertos al lado del muro del túnel. Otra vida que se fue como si nada.
Pero este accidente, este motociclista muerto, no fue un hecho aislado de una mañana decembrina, no: es que de 31 muertos que hubo en accidentes en las fiestas navideñas 27, (el 87%) fueron motociclistas. De acuerdo con las cifras del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), en la primera fase de su operativo Alegría Navideña “por los Valores y tu Seguridad”, en el feriado de Nochebuena y Navidad de 15 fallecidos 14 eran motociclistas; las estadísticas de la segunda fase, correspondiente a las fiestas de Año Nuevo, de 16 muertos, 13 eran motociclistas.
Esto es simplemente alarmante.
El informe final del COE destaca que mil 383 motocicletas retenidas por conducir sin el casco protector y detalla que, de los 744 accidentes registrados en la primera fase de operativo, 455 fueron de motocicletas y en la segunda fase, de los 435 accidentes registrados 280 involucraron motocicletas.
Estas cifras de muertes navideñas son una muestra del día a día, pues en la República Dominicana hay millones de motociclistas que cada día engrosan la fría estadística de muertes por accidentes.
Y entonces me pregunto ¿qué más deberán hacer las autoridades, además de colocar agentes de la Amet en las entradas de los túneles para que no entren motociclistas, de las redadas para que usen el casco, para inducir a los motociclistas que cumplan la ley valoren más sus vidas?
Urge una campaña de educación y concienciación descarnada, dirigida a los “motoristas” que muestre sin pena sus motos desechas; que muestre sobrevivientes amputados, que muestre salas de los hospitales traumatológicos, testimonios dirigida a los motociclistas. Algo hay que hacer antes de que se sigan matando como moscas.
