No se justifican las agresiones que han recibido recientemente varios colegas abogados, sobre todo, que han estado en el sagrado ejercicio de su profesión, ya que el rol de todo abogado es, defender y representar intereses.
Aún me sorprende la información, muy a pesar de que no podemos descartar que dichas agresiones sean el resultado de los escándalos judiciales que se ventilan actualmente en los tribunales en contra de jueces y fiscales.
Observamos que se pone de manifiesto una vez más el descontento de la población con el sistema judicial dominicano, ya que el ciudadano se siente en una especie de túnel oscuro, que nunca sabe si chocará con un fiscal o con un juez corrupto.
Lo preocupante es que el ejercicio de la profesión del profesional del Derecho esté tan mal estimada, con un Colegio de Abogados desfalcado, no obstante, tanto los abogados, como la población en general espera que el gremio asuma su función natural, que es defender y representar su clase.
La vida es el bien más preciado que todos tenemos. Y nadie merece por ejercer su profesión ser agredido y vejado de forma deshonrosa. ¡¿Qué está pasando con los abogados?! ¿Es que no seremos capaces de defendernos?