La escasez de urea se está notando ya en varias partes del mundo, entre ellos India, Corea del Sur y Australia.
Los primeros que lo están resintiendo son los agricultores y los camioneros, pero los problemas con el suministro de este producto pueden tener un efecto en todos los consumidores.
Aquí te explicamos por qué.
Es un compuesto químico que se encuentra en la orina, entre otros lugares.
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Esa urea en concreto se genera en el hígado.
Pero la urea también se produce a nivel industrial para distintos usos, principalmente como fertilizante.
Y también como ingrediente clave de un producto para automóviles diésel necesario para reducir las emisiones contaminantes.
La principal materia prima para obtener este compuesto es el gas, que mediante un proceso químico se convierte primero en amoníaco y luego se deshidrata para formar urea.
Qué está ocurriendo
La urea es uno de los fertilizantes más populares y los precios mundiales de los fertilizantes se han disparado este año a niveles no vistos en más de una década, según el Banco Mundial.
Hay varios factores que explican este aumento de precios sin precedentes.
Primero, está impulsado por el alto costo de la energía, especialmente del gas, materia prima esencial para la producción del fertilizante.
Además, según el Banco Mundial, el aumento de los precios del carbón térmico en China provocó un racionamiento del uso de electricidad en algunas provincias y obligó a las fábricas de fertilizantes a reducir la producción.
Y como respuesta a esto, China y Rusia, dos de los principales productores de fertilizantes en el mundo, impusieron restricciones para las exportaciones de productos fertilizantes, algo que fue visto como una medida para enfriar los precios y garantizar el suministro doméstico.
Por otro lado, hay que tener en cuenta el impacto del huracán Ida en agosto en la costa de Luisiana, Estados Unidos, que obstaculizó la producción de gas natural y provocó la suspensión de la actividad de las plantas químicas de la zona, aumentando la escasez de fertilizantes en el mercado.
En ese sentido, el Banco Mundial también resalta el impacto de las sanciones occidentales contra Bielorrusia, ya que ese país es productor de un ingrediente clave para otro fertilizante, la potasa.
Agricultura y precios de los alimentos
Uno de los lugares del mundo donde más se está sintiendo el aumento de precios y escasez de la urea es India.
El país asiático es el principal importador de urea, producto esencial para alimentar su enorme sector agrícola, que emplea a alrededor del 60% de la fuerza laboral del país y representa el 15% de la economía.
India importa alrededor del 30% de alrededor de 35 millones de toneladas de consumo anual de urea y ahora sus agricultores temen que su modo de vida esté en riesgo.
En última instancia, esto tendrá un impacto en los precios de los alimentos, alerta el Banco Mundial.
«Los altos precios de los fertilizantes podrían ejercer presiones inflacionarias sobre los precios de los alimentos, agravando las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en un momento en el que la pandemia de covid-19 y el cambio climático dificultan el acceso a los alimentos».
Cadenas de suministro amenazadas
El aumento en el precio de este componente químico no solo se está notando en la agricultura.
La urea también es clave para producir el fluido de escape diésel, una solución que se utiliza para reducir las emisiones en los automóviles que usan ese combustible.
Su uso en los camiones es obligatorio en algunos países, como en Corea del Sur y Australia, y eso está afectando a las cadenas de suministro de ambos países.
Los camioneros de Corea del Sur ya están sufriendo la escasez de urea y Seúl pidió esta semana a Rusia su cooperación para garantizar el suministro.
Por su parte, Warren Clark, director de la Asociación Nacional de Transporte por Carretera australiana, le dijo a news.com.au que la cadena de suministro bajo «presión extrema».
Australia importaba el 80% de la urea que necesita de China.
«Sin infringir la ley, potencialmente nos quedaremos sin el químico alrededor de febrero del próximo año, pero creemos que podría ser antes», dijo Clark.
«Vimos los estantes de los supermercados vacíos durante la pandemia, y esto podría ser mucho peor».