Todo liderazgo político o social tiene dos grandes opciones: o defender y fortalecer el orden político existente (cualquiera que fuere), o promover el cambio social. El cambio social puede tener dos direcciones: 1) Incrementando la restricción a la libertad, reduciendo la distribución de la riqueza, concentrando el poder político en pocas manos, o limitando la educación crítica y científica. Cuando eso ocurre estamos frente a un régimen reaccionario. 2) La otra opción es promover una ampliación de la libertad y la democracia, estimular el desarrollo económico y la distribución de la riqueza en toda la población y favorecer una educación crítica, universal y centrada en la dignidad del ser humano y el conocimiento científico. En tal caso estamos frente a un liderazgo progresista.
Toda la producción bibliográfica de Juan Bosch y su ejercicio como líder político lo define como un auténtico líder progresista, siempre atento a las cuestiones que permitiera a la sociedad dominicana su desarrollo y de los demás pueblos y la humanidad. Desde el 1939 hasta el 1961 impulsó el derrocamiento de la dictadura trujillista como el mejor servicio que demandaba el pueblo dominicano. Pero no bastaba con eliminar al sátrapa, había que impulsar un régimen político que garantizara la felicidad de todos los dominicanos y ese sistema era la democracia. Y llegó en 1963 a la presidencia y ejerció el poder apegado a la democracia y la equidad, e impulsó una Constitución, la más avanzada en su tiempo y posiblemente hasta el presente.
Cuando en 1965 tomó plena conciencia de que los gobiernos de Estados Unidos no iban a permitir la democracia en nuestras sociedades, se dedicó a analizar nuevas formas de ordenar la sociedad dominicana que permitiera la libertad, la democracia, el progreso y la distribución equitativa. La explicación de su nueva visión mundial está en su obra El Pentagonismo, sustituto del imperialismo y su propuesta para la sociedad dominicana en Dictadura con Respaldo Popular. Como muchos de los que adversaron a Bosch eran analfabetos funcionales, nunca leyeron ese último libro y por el título argumentaron como estúpidos de que Bosch favorecía una tiranía como la de Trujillo. ¡Y todavía me encuentro con algunos colegas que dicen eso! Como con otros temas mi respuesta es la misma: ¿Lo leíste? ¿No? Pues léelo y luego hablamos.
Al formar el PLD enfatizó la necesidad de la democracia en el seno de todos los organismos y órganos partidarios. Con las elecciones del 1978 Bosch entendió que era posible nuevamente llegar al poder mediante elecciones, como en su momento lo hizo en el 1962, y preparó al PLD como una organización capaz de enfrentar con éxito una jornada electoral y llegar al gobierno. En perspectiva siempre Bosch favoreció la democracia en la sociedad y en el seno de las organizaciones partidarias que lideró. En su momento asumió que la democracia representativa no era viable en el país por el golpe de Estado y la invasión de los Estados Unidos en el 1965, pero supo impulsar otras formas de democracias. Siempre favoreció el progreso del pueblo dominicano con equidad, impulsó todas las formas de educación que garantizara que cada hombre y mujer tuvieran conciencia de sus reales necesidades e intereses, y luchara por lograr una mejor sociedad.
El boschismo, en consecuencia, es una concepción del cambio social que impulsa la promoción humana de todos los habitantes de nuestro país y organizar el Estado dominicano en función de los mejores intereses del pueblo, no para favorecer grupos económicos o castas políticas corruptas. Hasta el presente el boschismo es una propuesta, no una realidad.
