He estado pensando en los orígenes del PLD y en sus líderes. Despertaron la esperanza de la nación, proclamando que de llegar al poder, harían una justa distribución de la riqueza, defenderían los pobres, combatirían la corrupción. “Ningún peledeísta se hará rico con el dinero del pueblo”.
Defendiendo esos valores, recuerdo a Lidio Cadet. Imposible olvidar su frágil figura, amplia sonrisa, su sencillez, pero sobre todo la vehemencia con que esgrimía los principios del partido que fundara Juan Bosch. Humilde, honesto, Lidio sentía lo que decía. Otros repetían teorías bonitas, pero ni vendiendo periodiquitos ni pidiendo en cantaritas podían ocultar sus intenciones. La mirada los delataba.
Han pasado los años. Bosch falleció. El PLD ha estado catorce años en el poder. ¿Qué han hecho? Los primeros doce años, los pobres fueron sumergidos en más miseria, inseguridad y engaños, recibiendo limosnas en tarjetitas.
Un grupo de peledeístas optó por convertirse en “tutumpotes”, olvidando “los hijos de machepa”. Se blindaron para vivir con grandes negocios y fundaciones, en medio del lujo, poder, villas, Tucano, Metro, Funglode, mansiones, en escenarios internacionales, entregando condecoraciones y dando reconocimientos a poderosos.
No he vuelto a saber de Lidio Cadet. ¿Dónde está, qué hace, qué siente? Alguien me dijo que es diputado en el Congreso; que continua siendo una reserva moral, que la tristeza, y frustración amargaron su ser; que la impotencia ha destruido sus sueños.
No ha podido hacer nada por los pobres. Solo ha confirmado su tesis de que “el mal comío no piensa”, pues los manipulan con facilidad, son marionetas de sus verdugos.
¿Por qué enmudeció Lidio? ¿Por qué no habla? ¿Cuál es el análisis que no quiere hacer? ¿A qué conclusión no quiere llegar? Fue Secretario General del PLD durante quince años, al lado de Bosch. Dicen que esta anonadado, destrozado, pues durante los gobiernos de Leonel Fernández, convirtieron el partido en más de lo mismo, complaciendo los ricos e imitándolos, olvidando los pobres.
Si hubiesen hecho cambios de abajo hacia arriba, trabajando más el alma que el cuerpo, educando, organizando, la sociedad fuera más armónica. Ojalá permitan que el presidente Danilo Medina siga esa acción.
Lidio Cadet tiene razón en estar triste y en bajo perfil. El afán de justicia social lo llevó a ser sacerdote. Buscando un rol más dinámico ingresó al PLD.
Lograron el poder, pero lo sentaron en un curul del Congreso, a seguir directrices. Lo visualizo amordazado, atado de pies y manos.
Recuerdo que hace unos años renunció del Comité Político porque no lo apoyaron para ser el presidente de la Cámara de Diputados, cuando era el único miembro de esa organización que fue reelecto diputado.
Prefirieron uno de menor jerarquía. ¡Pobre Lidio!! Para esa fecha no se daba cuenta que las reglas del juego habían cambiado. Los jefes tenían una meta muy diferente y necesitaban alguien con mente más flexible que los ayudara a alcanzarla.
¡Ánimo, Lidio! No pierdas la esperanza. Busca con pinzas las células dispersas que quedan de los principios de Bosch y con valentía, lánzate a combatir los que tomando como plataforma ese partido le quitan la comida al pueblo para enriquecerse. ¡Desenmascara, con coraje, esos hipócritas!! Toma el látigo y como Jesús ayuda a sacarl del templo esos mercaderes.