En todos los escenarios deportivos del mundo, a los comunicadores que aportan y contribuyen a la promoción y publicidad de un espectáculo, siempre gratis, se les brinda un espacio adecuado para realizar su trabajo.
Y es que bajo condiciones inadecuadas e incómodas es imposible realizar una labor acorde con las expectativas y objetivos que se trazan todos los que intervienen directa o indirectamente.
Para los que están bajo contrato de equipos, se les hace muy difícil protestar por las reglas y condiciones que se les impone, y quienes osan rebelarse, ahí mismo les aplican sin piedad la “aplanadora”.
Esto viene a colación por el interés que están mostrando varios colegas, entre ellos Renaldo Bodden y Héctor Cruz, entre otros, para que se inicie a la mayor brevedad la reconstrucción del palco de prensa del estadio Quisqueya Juan Marichal, destruido por un incendio la pasada temporada.
Los colegas que cubren ese espectáculo tienen que abogar, además de la reconstrucción, porque cuando culmine ese proceso se les dé el espacio que tenían originalmente, y que por años les fue arrebatado, sin que nadie dijera “esta boca es mía”, ni escribiera una “cuartilla” en contra de la medida que aplicaron en forma dictatorial los dueños de los dos equipos que funcionan allí, arrinconándolos, a excepción del año pasado, en un espacio estrecho, triste, humillante y deprimente.
Si ese espacio se logró rescatar por completo el pasado año, fue por el interés que mostró el actual presidente de la Lidom, Vitelio Mejía, quien tiene una clara visión del papel que juega la prensa en la difusión y promoción del béisbol y cualquier otro espectáculo de masas.
Todo indica que la inversión de reconstruir el “palco de prensa” será asumido por el Estado.
Y los periodistas desde ya deben iniciar una campaña para que la totalidad de ese espacio, jamás deje de ser propiedad exclusiva de los cronistas deportivos.
RADARES.- LeBron James será agente libre tan pronto culmine la presente temporada, por lo que desde ya las especulaciones comienzan a hacer estruendo sobre el probable destino del que, hasta prueba en contrario, es el mejor jugador de la NBA.
Lo que sí es un hecho, es que firmará por encima de los 35 millones que gana por temporada en la actualidad.