A menudo los pacientes sienten curiosidad con respecto a qué pueden o deben comer luego de haberse sometido a la extracción de una pieza dentaria u otra intervención quirúrgica a nivel bucal.
Es obligatorio cambiar la dieta, de hecho es una de las primeras indicaciones dadas por el odontólogo antes de despachar el paciente hacia su casa.
Cuando la persona decide hacer caso omiso de dicha indicación, su recuperación postquirúrgica se convertirá en un problema, ya que estaría continuamente lastimándose la herida y afectando el proceso de cicatrización.
Lo recomendable es ingerir alimentos blandos, es decir, alimentos fáciles de manipular dentro de la boca, que no requieran ser triturados con los dientes para su deglución.
Entre los alimentos permitidos podemos encontrar:
-Helado: altamente recomendado, por su textura y su fría temperatura.
-Jugos y batidas.
-Sopas: pero solo si el paciente acepta tomársela a temperatura ambiente (no puede ingerir nada caliente durante el primer día de la cirugía).
-Puré: el de su preferencia, siempre y cuando esté muy bien machacado.
-Gelatina.
-Yogurt.
-Avena.
-Pescado a la plancha.
-Quesos blandos.
-Vegetales hervidos… entre otros.
Ingiera alimentos altos en vitaminas A y C, los cuales le ayudarán a cicatrizar. También puede añadir un suplemento disponible en farmacias de vitamina C.
Evite tomar alcohol durante el proceso de sanación, para no interferir en el correcto funcionamiento de los medicamentos recetados por el odontólogo.
Siempre recuerde estas simples pero importantes recomendaciones, tome en cuenta que el consumo indebido de alimentos luego de una cirugía bucal retrasará la recuperación; prolongando la hinchazón, el dolor, las molestias y un posible sangrado.
Dios le bendiga abundantemente.
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