Putin señaló que Ucrania esperaba causar malestar público en Rusia con el ataque, añadiendo que no ha logrado ese objetivo
Ucrania.– El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo el lunes que la incursión del ejército ucraniano en la región de Kursk —que ha provocado la huida de más de 100.000 civiles y avergonzado al Kremlin— es un intento de Kiev de detener la ofensiva de Moscú en la región de Donbás, en el este de Ucrania, y ganar influencia en posibles futuras conversaciones de paz.
Las fuerzas rusas siguen luchando para responder al sorpresivo ataque ucraniano después de casi una semana de intensos combates, pero Putin insistió en que su ejército prevalecerá.
En una reunión con altos funcionarios de seguridad y defensa, el presidente ruso señaló que el ataque que comenzó el 6 de agosto parecía reflejar el intento de Kiev de obtener una mejor posición negociadora en posibles futuras conversaciones para poner fin a la guerra.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, confirmó por primera vez que las fuerzas militares ucranianas están operando dentro de la región de Kursk. En una publicación en Telegram, elogió a los soldados y comandantes del país “por su firmeza y acciones decisivas”.
No dio más detalles. También sugirió que Ucrania ofrecería asistencia humanitaria en la región.
En un video publicado en el Telegram de Zelenskyy, el comandante en jefe del ejército ucraniano informó al presidente sobre la situación en la línea del frente y dijo que Ucrania controla 1.000 kilómetros cuadrados (386 millas cuadradas) de territorio ruso, la primera vez que un oficial militar ucraniano ha comentado públicamente sobre los logros de la incursión.
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“Las tropas están cumpliendo con sus tareas. La lucha continúa en realidad a lo largo de toda la línea del frente. La situación está bajo nuestro control”, dijo el general Oleksandr Syrskyi.
Putin señaló que Ucrania esperaba causar malestar público en Rusia con el ataque, añadiendo que no ha logrado ese objetivo, y afirmó que el número de voluntarios que se unen al ejército ruso ha aumentado debido al asalto. “Es evidente que el enemigo seguirá intentando desestabilizar la situación en la zona fronteriza para intentar desestabilizar la situación política interna en nuestro país”, dijo Putin. La principal tarea de Rusia es “expulsar al enemigo de nuestros territorios y, junto con el servicio fronterizo, garantizar una cobertura fiable de la frontera estatal”, agregó.
El gobernador interino de Kursk, Alexei Smirnov, informó a Putin que las fuerzas ucranianas habían avanzado 12 kilómetros (7,5 millas) en la región de Kursk a lo largo de un frente de 40 kilómetros (25 millas) y actualmente controlan 28 asentamientos rusos.
Smirnov dijo que 12 civiles han muerto y otros 121, incluidos 10 niños, han resultado heridos en la operación. Unas 121.000 personas han sido evacuadas o han abandonado las zonas afectadas por los combates, agregó. El número total de evacuaciones previstas es de 180.000.
El gobernador de la región de Belgorod, adyacente a Kursk, también anunció la evacuación de personas de un distrito cercano a la frontera con Ucrania, y describió la mañana del lunes como “alarmante”, pero no dio detalles.
La operación ucraniana se lleva a cabo bajo estricto secreto y sus objetivos, especialmente si las fuerzas de Kiev pretenden mantener el territorio o están realizando incursiones relámpago, siguen sin estar claros. La sorprendente maniobra que tomó por sorpresa a las fuerzas del Kremlin contrarresta el esfuerzo incansable de Rusia en los últimos meses para atravesar las defensas ucranianas en puntos seleccionados a lo largo de la línea del frente en el este de Ucrania.
Rusia ya había sufrido incursiones en su territorio durante los casi dos años y medio de guerra, pero la incursión en la región de Kursk es el mayor ataque en su territorio desde la Segunda Guerra Mundial, constituyendo un hito en las hostilidades.
El avance ha asestado un golpe a los esfuerzos de Putin por aparentar que la vida en Rusia se ha mantenido en gran medida intacta por la guerra.
La propaganda estatal ha tratado de restarle importancia al ataque, haciendo hincapié en los esfuerzos de las autoridades por ayudar a los residentes de la región y tratando de distraer la atención del fracaso de los militares para prepararse para el ataque y repelerlo rápidamente.
Los residentes de Kursk grabaron videos lamentando haber tenido que huir de la zona fronteriza, dejando atrás sus pertenencias, y pidiendo ayuda a Putin. Pero los medios de comunicación estatales mantuvieron un estricto secreto sobre cualquier expresión de descontento.
El general retirado Andrei Gurulev, miembro de la cámara baja del Parlamento ruso, criticó a los militares por no proteger adecuadamente la frontera. “Lamentablemente, el grupo de fuerzas que protege la frontera no tenía sus propios activos de inteligencia”, dijo por una aplicación de mensajería.
El combate dentro de Rusia reavivó las preguntas sobre si Ucrania está utilizando armamento suministrado por miembros de la OTAN. Algunos países occidentales se han mostrado reacios a permitir que Kiev utilice su ayuda militar para atacar suelo ruso, por temor a que ello avivara una escalada que pudiera arrastrar a Rusia y la OTAN a la guerra.
Ucrania ya ha utilizado armas estadounidenses para atacar dentro de Rusia.
El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, dijo en una entrevista publicada el lunes que las armas proporcionadas por su país “no pueden utilizarse para atacar a Rusia en su territorio”.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo el lunes que los refuerzos enviados a la zona, respaldados por la fuerza aérea y la artillería, habían rechazado siete ataques de unidades ucranianas cerca de Martynovka, Borki y Korenevo en las 24 horas previas.
El ministerio dijo que las fuerzas rusas también bloquearon un intento de grupos móviles ucranianos de adentrarse en el territorio ruso cerca de Kauchuk.