Nos hemos convertido en una sociedad de punto y seguido. La planeación de un proyecto organizado cambia según los intereses del líder. Aunque la responsabilidad no es toda de autoridades gubernamentales, porque como ciudadanos queremos tener los servicios básicos garantizados y otras conquistas, pero no queremos cumplir los deberes. Y así nos queremos convertir en la excepción a la regla. Por supuesto toda ley, ordenanza, reglamentación tiene aristas particulares, pero queremos estar exentos por privilegios económicos, de fama, raza y hasta sociales. ¿El usted no sabe quién soy yo? Es esgrimido por cualquiera que se considera con una cuota de poder.
Y así se comienza algo que sigue y no termina nunca de arreglarse por un contrato irregular, las letras pequeñas no vistas, la compra con dinero y privilegios.
Las aspiraciones luego de un largo camino trabajado, de sacrificios no son satisfechas, porque no tienes garantizada siquiera la tranquilidad al regresar a un edificio privado donde el ruido y las normas a aplicar también se venden al mejor postor. Así pasa con las reglamentaciones a cumplir por los servicios, reclamaciones, que cansan porque se inventan mil y un adendas para que el contratante se canse.
Lo que sí se puede contar es con una sociedad ya despierta, que así y con la educación y la apertura a tanta sabiduría espero que sea consciente asimismo de sus deberes.