La situación de los Leones del Escogido luce bastante oscura, tras una serie de reveses que tienen en estado de alarma a fanáticos, peloteros y ejecutivos, porque tras un arranque tan espectacular como tuvo el equipo casi hasta la tercera parte de la serie regular, en las últimas semanas se ha producido un descalabro inexplicable.
Esta incómoda situación que viven los escogidistas en este momento, pone en la palestra el dicho de que “no es como se comienza, sino como se termina”, porque a nadie se le hubiese ocurrido pensar que hoy el equipo estaría en una posición tan delicada en busca de clasificar a los playoffs.
La situación es desesperante, porque aunque el dirigente Albert Pujols no lo manifieste, a lo interno debe estar padeciendo insomnio, porque casos como el que está viviendo es casi seguro que lo ha experimentado en muy pocas ocasiones.
Aunque Pujols ha dicho que no le teme a que lo aparten de la dirección del equipo, la realidad es que en el fondo debe sentir miedo, quizá terror, porque hay que estar claro, uno de sus objetivos al asumir la dirección del Escogido, es realizar un trabajo de primer nivel, con el objetivo de colocar un buen currículum, que lo acredite en el menor tiempo posible, como dirigente de Grandes Ligas.
Con un récord tan desgarrador, de apenas un triunfo y 10 reveses en lo que va de diciembre, es para pensar muy en serio sobre lo que está pasando a lo interno, dado que ese equipo, sin lugar a dudas, cuenta con un excelente material humano, por lo que no se concibe que esté viviendo esa terrible pesadilla.
No creo, como escribí hace unos días, que a Pujols le vayan a dar de baja en sus funciones, porque la directiva aprecia un mundo sus servicios, pero hay que recordar que los intereses no tienen amigos ni guardan rencores.