El expresidente catalán Carles Puigdemont se reunió ayer en Bruselas con cerca de 200 alcaldes independentistas, en un acto en el que pidió a la Unión Europea una “reacción” ante el “maltrato de las autoridades españolas” y reivindicó al cesado Gobierno catalán como el único “legítimo”.
En libertad condicional, aunque sin restricciones de actividad dentro de Bélgica, Puigdemont tachó al Gobierno de Mariano Rajoy de “fascista” y le acusó de haber cometido “un golpe de Estado” con la aplicación del 155 para restablecer el orden constitucional y estatutario.
Puigdemont y los cuatro exconsejeros que están en su misma situación judicial fuera de España, sobre los que pesa una euroorden de detención y entrega, reaparecieron públicamente con semblante tranquilo y agradecieron con sonrisas y aplausos los gritos de los presentes de “President”, “Llibertad” y “Visca la República de Catalunya”.
“No sabéis la falta que nos hacía vuestro calor y apoyo”, dijo Puigdemont, rodeado de sus exconsejeros.