Hoy quiero dar las gracias. Pero quiero dar las gracias a esas personas que han pasado por mi vida de manera negativa. Sí.
También por ellos soy la persona que hoy escribe, alguien que se siente plena a pesar de seguir evolucionando, pero hoy puedo decir que me gusta lo que soy, sin reproches.
Gracias a esa niña que en el colegio decidió que yo no le gustaba y juntó a todas las chicas de clase para que me ignoraran.
Aprendí lo que es estar sola y tener que buscar una solución, simple, me juntaba con los varones. Gracias a ese muchacho que pensó que diciendo mentiras sobre mí iba a ser más popular. Aprendí que es mejor ser tú misma que dar explicaciones a quien nada te aporta.
Gracias a mis compañeros de universidad que solo me buscaban para “ayudarles” con los apuntes. Descubrí lo organizada que soy y la capacidad de síntesis que tengo y que definitivamente me gusta ayudar a otros (aun cuando crean que ellos se aprovechan, suelo hacerlo porque quiero y no por lo que espero).
Gracias a todas las personas que alguna vez me dijeron que no, porque otras puertas se abrieron con muchas más oportunidades.
Gracias a ese jefe que me dijo que yo no era capaz de llevar las riendas de un proyecto, porque logré que me promocionaran por encima de él con tesón y dedicación.
Gracias a quien me engañó por dinero, seguramente sigue siendo un miserable cuando yo duermo tranquila, porque nada debo.
Gracias a quien trató de ridiculizarme para brillar, porque al final los resultados hablan más que las palabras.
Y sí, gracias a quien en algún momento de mi vida me hizo sentir triste, vulnerable, indefensa… porque logré superarlo y estar preparada para todo lo que venga.
Gracias.