Cientos de voluntarios se integraron a los trabajos de asistencias a los afectados por los terremotos. Alberto calvo
GUAYANILLA, PUERTO RICO.-Pese a que llevan varios días sin agua potable, electricidad y fuera de sus casas, algunas de las personas alojadas en refugios tras el terremoto de 6,4 que sacudió y destruyó sus viviendas el 6 de enero, residentes en los municipios de Guayanilla y Guánica aseguran que esta terrible experiencia unifica más a las familias en la Isla de Puerto Rico.
Aunque reconocen que estos eventos son parte de la naturaleza, afirman que estos los solidarizó como pueblo y los hace más conscientes del dolor ajeno.
“Desde que ocurrió el huracán María eso nos ha hecho más humanos y solidarios”, expresó Sor Cristina Morales de las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.
Jahitza Caraballo, residente en uno de los sectores de Guayanilla, narra que su vida se detuvo el Día de Reyes al tener que salir corriendo con sus hijos y perros, cuando inició el terremoto que destruyó partes su casa y todo los electrodomésticos.
Sin embargo, aunque vive en una carpa improvisada al igual que sus vecinos y aún un poco asustada por las réplicas que persisten en la zona, dijo que este evento natural ha servido para que muchos en la barriada se conozcan aún más y se solidaricen.
Antes aquí uno por el día a día a veces se saludaba y muchos de nuestros niños no se hablan. Hoy juegan juegos tradicionales, porque no hay nada electrónico”, dijo, sonriente, Caraballo.
Héctor Vega, su vecino, al recordar que no podía saber de su familia ese fatídico día no pudo contener las lágrimas y expresó que fue uno de los momentos más difíciles de su vida.
“Cuando los ví a todos de nuevo, me tranquilicé”, dijo Vega, quién al momento del terremoto estaba en su lugar de trabajo
Por el momento no pueden retornar a sus hogares hasta que las autoridades del municipio les den la autorización.
Obispo pide calma
El obispo de Ponce, Rubén Antonio González-Merán Rodríguez, pidió a la feligresía y al pueblo de Puerto Rico a tener calma y no mirar el evento natural como si fuera un castigo de Dios, “como empiezan a decir esas aves de mal agüero o falsos profetas”.
Con pesar, al inspeccionar los restos de la Iglesia Inmaculada Concepción, en Guayanilla, expresó qué estas cosas ocurren para reconstruir el tejido social.
En ese sentido, hizo un llamado a la autoridades a no hacer promesas que no sean las que se vayan a cumplir.
“¿Cómo vamos a reconstruir la iglesia? Dios nos ayudará y dará la sabiduría para hacerlo en su momento”, manifestó el obispo y también presidente de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico.
Al quedar destruida la Iglesia se determinó que se darán los servicios religiosos en la plaza de recreo de Guayanilla.
Casco urbano destruído
Glidden López, oficial de prensa del municipio Guayanilla, detalló a EL DÍA que su casco urbano tendrá que ser reconstruído en casi su totalidad debido a que sus principales estructuras y escuelas sufrieron daños permanentes.
Explicó que hasta el momento se está haciendo un censo para determinar cuántas viviendas quedaron destruidas.
Al día de ayer habían cerca de 40 viviendas que colapsaron completamente y otras 200 residencias quedaron con daños.
En tanto, cerca de 1,800 estudiantes tendrán que ser reubicados ya que de siete escuelas públicas y una privada qué hay en esa localidad sólo dos consideran que están aptas para dar clases.
“Otras escuelas todas tienen daños muy comprometedores y la octava, que es el Colegio Inmaculada Concepción, creemos que la mayor parte de su estructura no es funcional”, dijo el funcionario edil.
Largas filas en supermercados, panadería y gasolinera eran el panorama que se vivía en esa zona este miércoles.
Al consultar empleados de estos negocios afirmaron que las largas filas se debían a que ingenieros urbanistas pidieron que se atendieran personas de cinco en cinco como medida de precaución.
Carta de Medina
— Mensaje solidario
El presidente Danilo Medina envió un mensaje de solidaridad en el que afirma al pueblo puertorriqueño “reciba las más sinceras manifestaciones de solidaridad en nombre del Gobierno, del pueblo de República Dominicana y en el mío propio”.