WASHINGTON.- Puerto Rico afirmó este miércoles que reducirá su déficit y buscará renegociar una parte de su deuda, un día después de que una agencia de calificación rebajara su nota de deuda a la categoría «basura».
Como respuesta a la nueva presión en su economía, el gobernador Alejandro García Padilla anunció que reducirá el déficit fiscal del territorio estadounidense en 170 millones de dólares, recortando los presupuestos en dos tercios y renegociando tarifas y contratos con vendedores.
García Padilla afirmó que mientras tanto el gobierno, que está en dificultades para salir de los 70.000 millones de deuda, trataría de negociar préstamos para los que la rebaja de la nota de Standard & Poor’s desató una aceleración de los pagos.
La agencia de calificación rebajó el martes la nota de la deuda de Puerto Rico en una escala a BB+, a la categoría «especulativa» o «basura», afirmando que ese territorio de Estados Unidos enfrenta una contracción de la liquidez debido a sus altas deudas y a un déficit elevado.
S&P afirmó que el gobierno en San Juan tienen una liquidez limitada que no puede ser completamente financiada por el Banco de Desarrollo de la isla.
La rebaja añade presión al problema de liquidez, elevando el costo de tratar de pagar la deuda, especialmente con bonos a corto plazo. La degradación se produce en un momento en que el gobierno de Puerto Rico trata de recaudar 2.000 millones de dólares de financiamiento con una emisión de deuda para reforzar las finanzas domésticas.
«Nuestro gobierno ha de trabajar dentro de nuestras posibilidades y continuar reduciendo el déficit es una iniciativa esencial que nos ayudará a lograr nuestro objetivo», dijo García Padilla en un comunicado.
Los problemas económicos de la isla caribeña han sacudido el mercado de 3,7 billones de dólares para bonos municipales estadounidense, especialmente tras el default que sufrió Detroit el año pasado.
Al disfrutar de exenciones fiscales más amplias que la mayoría de emisores de ese mercado, Puerto Rico fue capaz de vender inmensas cantidades de deuda en la década pasada, lo que permitió financiar el aumento de infraestructura y revitalizar la economía de la isla.
Pero la economía ha seguido renqueante, contrayéndose desde 2006 incluso cuando la economía estadounidense ha salido a flote en los últimos cuatro años.
