Los piscópatas son impulsivos, altamente agresivos y no muestran empatía hacia los demás. Pueden cometer asesinatos o crímenes sexuales horribles sin sentir remordimiento, y su comportamiento es altamente resistente a toda clase de tratamiento, incluida la administración de medicamentos, hipnosis y terapia de shock.
Con frecuencia se dice que Hitler y Jack el Destripador eran psicópatas. Las placas de los cerebros de psicópatas muestran anormalidades que se revelan incluso en la infancia.
Cuando se les presenta imágenes de otras personas sufriendo, sus cerebros muestran mucha menos actividad de la esperada en áreas emocionales como la amígdala, el hipotálamo y la corteza orbitofrontal.
Hasta hace poco se creía que ninguna cura era posible, pero un equipo de investigadores en Italia aseguró recientemente que los cerebros de los piscópatas pueden ser reconectados utilizado estimulación cerebral directa.
Esto puede lograrse con la implantación de electrodos bajo el cráneo o con un método no invasivo, conocido como estimulación magnética transcranial.
Sin embargo, debemos manifestar nuestras reservas al respecto dado que el jefe de esa investigación acaparó titulares de prensa recientemente cuando aseguró que el transplante de cabeza humana no estaba lejos de ser una realidad.
