SANTO DOMINGO.– El trato dado por los medios de comunicación a las informaciones relacionadas con los feminicidos puede incidir en que se sigan produciendo estos casos lamentables.
El psicólogo clínico Luis Vergés señala que cuando una persona está vulnerable ante una situación de violencia cualquier mensaje que pueda dar ideas de cómo ejecutar un plan homicida o feminicida va a colaborar, en alguna medida, para que el agresor se de ciertos permisos, aunque aclara que esto no ocurre en todos los casos.
Vergés explicó que por esa razón en algunos países han tomado medidas con la forma en que se publican las informaciones con relación a los casos de feminicidios.
«Por ejemplo hemos visto casos donde hasta se elogia al agresor y se denigra a la victima. También a veces aparecen programas que tratan esas muertes como si fueran circos o un espectáculo, en ocasiones la información va muy cargada de aspectos morbosos que hasta cierto punto van normalizando en la conciencia de estos potenciales asesinos una especie de permiso para cometer estas acciones», añadió el experto.
No obstante, Vergés aclara que este no es el único factor que influye en estos casos, sino que colaboran muchos a la vez.
El psicólogo clínico explica que cuando se va a informar sobre un femicidio es importante tomar en cuenta no resaltar las cualidades positivas del agresor, ni tampoco insinuar aspectos de la victima que puedan justificar la conducta del victimario.
«Al igual que el suicidio, que se han tomado medidas, por ejemplo pautas que han tomado la Organización Mundial de la Salud de que no se debe visibilizar los medios, no se debe en el caso de los feminicios resaltar las cualidades positivas del agresor, no se deben insinuar aspectos de la victima que pueda justificar la conducta del agresor», agregó.
A juicio de Luis Vergés el feminicidio es el resultado de una relación donde la víctima ha estado atrapada durante mucho tiempo y donde el agresor ya se acostumbró a a un esquema de dominio. «Y si por alguna razón la victima pretende salir o no se somete a los dictámenes del agresor, pues comienza a correr algún tipo de riesgo».
«Este esquema de relación basado en el dominio, poder y el control se va perpetuando hasta que llega un momento que los mismos daños que recibe la victima se convierten en un mecanismo para que esta no sepa como defenderse, y muchas veces hasta se confunde y en vez de considerarse y asumirse como victima, ella cree que debe proteger al agresor, lo que la pone todavía más en peligro», sostuvo Vergés.
El psicólogo clínico expresó que por eso «se ha visto que en algunos casos donde después de haber recibido agresión, violencia y hasta puñaladas han vuelto a la relación, y esto uno lo ve profesionalmente no como un tema de capricho de la victima, sino como un resultado sintomático de la misma situación de violencia que ella ha recibido».