4.- La Guerra de Abril. El estallido o guerra de Abril de 1965, parece significar que tuvimos nuestra “revolución”. Los pueblos que tuvieron su propia revolución, hoy son países más desarrollados. Vietnam, por ejemplo, nos supera en su Producto Interno Bruto (PIB).
¿Acaso la guerra de Abril es un mito? No, pero medio siglo después la generación del presente parece no saber nada de aquel hecho histórico. Los historiadores han contado versiones muy diferentes, y eso es el problema.
La sociedad que continuó no exhibe sus símbolos y los intelectuales de izquierda, hoy pertenecen a la derecha.
Pocos escritores les han dedicado novelas y cuentos, a esta gesta heroica del pueblo dominicano. Lipe Collado, escribió Los acorralados, en 1977, donde narra vivencias de la guerra constitucionalista, y Marcio Veloz Maggiolo, publicó De Abril en adelante; pero hay otras.
Aquella revuelta malogró muchas vidas; el pueblo se volvió dos mitades. Para mi época será inolvidable; lo lamentable es una juventud que no se refiera a ella en ningún sentido. En las canciones de sus modelos musicales populares, la parte más desheredada de la identidad nacional, no muestra reticencia; al contrario, prefieren nombrar a los antiguos dictadores, y anti-héroes.
Las causas de la Guerra de Abril, no es tan distante de la dictadura de Trujillo, como tampoco es incorrecto separar las muertes que sucedieron a su historiaría, los oprobiosos 12 años de la Era de Balaguer, de 1966 a 1978, con el golpe de Estado de 1963. Con Antonio Guzmán llegó la liberación de los presos políticos, y el progreso se llenó muy pronto de valores anti-democráticos.
a Guerra de Abril fue un proceso insurreccional espontáneo, aunque sus causas obedecen a una explicación histórica diferente.
El pueblo dominicano se ha quedado anacrónico; será que no captó la esencia de haber hecho su propia revolución; será que todavía vive sin darse cuenta que en cualquier momento el mundo va en entrar en una conflagración bélica de dimensiones jamás vistas, y que la vida monótona que sobrevive puede colapsar en cualquier momento.
Pedro Mir, el poeta nacional que los dominicanos conocen muy poco, dijo alguna vez: “la Revolución de Abril fue un fenómeno de profundo amor a la libertad, a la lucha incesante, del atraso y la miseria, al combate a la opresión y resistencia inquebrantable a aceptar esa realidad como destino inexorable”.
Y es verdad, pero de rigor histórico reconocer, “como confrontación o revuelta, que no pudo alcanzar las transformaciones sociales que se necesitaban”.
Hoy, los noticiarios hablan de miseria y de pobreza, y nadie lo relaciona a las conquistas del pueblo en la revuelta de Abril.La guerra de Abril no curó las enfermedades que produjeron los gobernantes déspotas y seguidores del profesor Bosch.
Debió formar una clase política que se esperaba ayudaría a contribuir al desarrollo social y político del pueblo dominicano. La obscenidad de los políticos que sólo hablan, y dan malos ejemplos a su pueblo, es la culpable de que esta fecha heroica haya dejado der ser tradición.