En el área donde se ha proyectado levantar el nuevo Domingo Savio habitan más de 45 mil personas, la mayoría en condiciones infrahumanas.
SANTO DOMINGO.- A una sola voz, residentes de los marginados barrios de Los Guandules y La Ciénaga, reiteraron ayer el deseo de que se materialice el proyecto Domingo Savio, pautado por el Gobierno para iniciar en febrero, con el que pretende eliminar mil 400 viviendas de la margen del río Ozama.
“Yo quiero que me den mi dinero para comprar un ranchito en mi campo, porque aquí hay demasiada delincuencia”, exclamó Oliva Peña Acosta, en el callejón Isabel Payano donde lleva 27 años y ha criado cinco hijos.
Allí, impera el hacinamiento, putrefactos olores y aguas cloacales que mueren en las contaminadas escorrentías del río Ozama, dónde en tiempo de lluvia la gente tiene que salir con las ropas y trastes a cuestas para no ser arrastrados por la crecida.
Ricardo Imbert, motoconchista con seis hijos, cuenta que en ocasiones, toma una vara para retirar los caballos y perros muertos ahogados que pasan río frente de su casucha y “balcón”, construído sobre escombros en la parte baja Los Guandules, desde hace décadas.
Drama humano
“Que no nos dejen aquí”, insistió Julisa Montero madre de tres niños, a una le extirparon un riñón con cáncer y recibe quimioterapias en el Hospital Robert Read Cabral.
Cuenta que el papá de las dos hembras no la ayuda, el del varón sí. No trabaja, depende de un novio, y esta esperando a ver sí la ayudan.
Cada familia es un “muro de lamentos” llena de carencias, sin trabajo y un ambiente desolador.
La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo de Los Guandules, Apolinaria Lantigua; Margarita Peña, miembro de la Unión Democrática de Mujeres, así como Alejandro Madé y René Gil, presidentes de las Junta s de Vecinos María Trinidad Sánchez, la Unión de Guachupita valoran el plan integral de rescate del lugar, pero insisten en que se respeten los derechos de cada quien y se les de seguridad de un techo.
Lo que les preocupa es que no saben ni les han dicho con franqueza donde es que van a reubicar a esas personas que viven en extrema pobreza.
“No nos oponemos al proyecto, lo que sí queremos es que la gente se le de buen trato y recompensen sus mejoras, como también que se use la mano de obra de la gente de aquí”, puntualizó Apolinaria Lantigua.
Planteó que al margen del rescate del río, se creen estancias, escuelas, canchas deportivas y trabaje en la integración entre la parte baje y alta del entorno.
“Igual que se reubique el mercado de Los Guandules, porque ahí hay 154 casetas a parte de los que venden en las áreas colaterales que llegan a unos 200 personas y eso les representa el sustento familiar”, agregó Lantigua. El entorno cuanta con más de 45 mil habitantes.
En el área de Guachupita, especialmente en la zona de San Ignacio, donde serán favorecidas unas 300 familias, también están a la expectativa de de que le reconstruyan un muro de contención que hace un tiempo cobró la vida de unas ocho personas hace nueve años.
René Gil, dijo además que esperan facilidades de de casas o apartamentos, aparte del remozamiento de los callejones. “Pero que se valore a las personas”.
El proyecto urbanístico “Nuevo Domingo Savio”, anunciado por el presidente Danilo Medina el 27 de febrero del año pasado implicará una inversión de US$150 millones de dólares e impactará a unas 45 mil familias de los sectores La Ciénaga y Los Guandules.
La iniciativa abarcará mil 700 viviendas.
Esta recuperación, con algunos aspectos similares a La Barquita, por colindar en una franja con la ribera del río Ozama de donde serán reubicadas unas mil 200 viviendas, abarcará desde el puente Juan Bosch al Francisco del Rosario Sánchez (La 17) y habrá de culminar en tres años.
