Santiago de Chile.- El Gobierno que desde el próximo 11 de marzo presidirá en Chile el conservador Sebastián Piñera impulsará una nueva ley de inmigración, que tenga “un justo equilibrio” entre los derechos y los deberes de los inmigrantes, anunció hoy Rodrigo Ubilla, futuro subsecretario del Interior.
La nueva ley “debe tener un justo equilibrio entre derechos y deberes, un justo equilibrio en la política de fronteras abiertas”, señaló Ubilla a T13 radio.
“Hay un justo equilibrio de derechos y deberes de los extranjeros que quieren vivir en Chile”, puntualizó Ubilla, que ya ocupó el mismo cargo en el primer Gobierno de Piñera (2010-2014). Subrayó que el tema de la inmigración será una prioridad del Gobierno entrante y que “esperamos que todos los actores políticos y los grupos migrantes sean parte del proceso».
A su juicio, el tema se debe abordar “con una mirada de política pública” y remarcó que “lo que uno no puede hacer es estigmatizar a un grupo”, en alusión a ciertas manifestaciones xenófobas o racistas surgidas en las últimas semanas. Advirtió en todo caso que “para el que quiere transgredir la ley Chile tiene que tener normas para expulsarlo”, matizando que “acá no hay posiciones extremas, hay que dialogar».
“La mayoría de ellos lo que quiere es aportar, ser uno más (…). Que a nivel nacional exista gente, ya sea chilena o extranjeros, que cometen delitos, no es novedad. Lo que uno no puede hacer es estigmatizar a un grupo”, remarcó.
Ubilla aseguró que “todos los organismos internacionales que velan por los derechos humanos reconocen que los países tienen derecho a establecer normas para el control de fronteras. “Hay que mirar el panorama, establecer los derechos y deberes, ver las medidas administrativas y esos son los aspectos sensibles”, indicó y advirtió que el problema no se reduce al otorgamiento de un visado especial, como están solicitando algunos sectores los haitianos.
En los últimos días ha resurgido la polémica sobre los inmigrantes, tras la difusión de un vídeo mostrando a cientos de personas, presuntamente haitianos, descendiendo de noche desde un avión sin identificación en el aeropuerto de Santiago.
Aunque después las autoridades aclararon que se trataba de un vuelo “charter” de una compañía estadounidense procedente de República Dominicana, el autor de la filmación habló de una “invasión de haitianos”, promovida supuestamente por el Gobierno.
“Si los viajeros hubiesen sido españoles o italianos, rubios o de ojos claros seguramente nadie habría dicho nada”, dijo un dirigente de la comunidad haitiana.
Para Rodrigo Sandoval, exjefe de Extranjería del Gobierno, el vídeo fue realizado “con el ánimo de condicionar ideológicamente a las nuevas autoridades».
Admitió en todo caso que “Chile tiene una tradición racista y eso hay que asumirlo” y señaló, en alusión a las publicaciones en redes sociales sobre el caso, que “es bastante triste cómo un ciudadano promedio digiere lo que nos está pasando».
En Chile la actual ley de inmigración tiene varias décadas y la dictadura de Augusto Pinochet le dio un sello de desconfianza hacia los extranjeros, lo que con la vuelta de la democracia, en 1990, dejó en la indefensión legal a quienes llegaban a radicarse en el país.
En la actualidad, según datos oficiales, hay en Chile poco más de medio millón de inmigrantes, correspondiendo los colectivos más numerosos a peruanos, bolivianos, colombianos, argentinos y ecuatorianos, en los últimos años, dominicanos, haitianos y venezolanos.
El caso de los haitianos ha llamado especialmente la atención, pues en 2013 llegaron 2.400 personas desde ese país, mientras en 2017 lo hicieron 105.000, un 138 por ciento más que el año anterior, cuyos problemas para establecerse son más agudos por cuestiones de idioma y cultura, aunque en general la gente los define como educados y buenos trabajadores.