Puerto Príncipe.- Un aumento en la violencia ha profundizado el hambre y la pobreza en Haití, al tiempo que obstaculiza a las mismas organizaciones de ayuda que luchan contra esos problemas en un país cuyo gobierno lucha por brindar servicios básicos.
Pocos trabajadores humanitarios están dispuestos a hablar abiertamente sobre los recortes, luego del secuestro en octubre de 17 personas de Christian Aid Ministries, una organización religiosa de ayuda con sede en Ohio, 12 de los cuales permanecen como rehenes.
Pero varios confirmaron, sin dar detalles, que han sacado a personal del país y se habían visto obligados a recortar temporalmente las operaciones de ayuda.
Los secuestros y tiroteos relacionados con pandillas han impedido que los grupos de ayuda visiten partes de la capital Puerto Príncipe y más allá, donde antes distribuían alimentos, agua y otros bienes básicos.
Una grave escasez de combustible también ha impedido que las agencias operen a plena capacidad. “Simplemente está empeorando en todos los sentidos posibles”, expresó Margarett Lubin, directora en Haití de CORE, una organización estadounidense.