Protestas en Colombia: incendian el Palacio de Justicia de Tuluá

Protestas en Colombia: incendian el Palacio de Justicia de Tuluá

Protestas en Colombia: incendian el Palacio de Justicia de Tuluá

Las imágenes del edificio en llamas fueron difundidas en redes sociales por las autoridades, que condenaron lo ocurrido en esta ciudad del departamento del Valle del Cauca, 94 kilómetros al norte de Cali.

El Palacio de Justicia de la ciudad colombiana de Tuluá fue incendiado este martes, después de un nuevo día de protestas en la zona que acabaron en disturbios y violencia.

Las imágenes del edificio en llamas fueron difundidas en redes sociales por las autoridades, que condenaron lo ocurrido en esta ciudad del departamento del Valle del Cauca, 94 kilómetros al norte de Cali.

«Ataques como los de esta noche en Tuluá dejan de ser vandálicos y se convierten en actos terroristas. La protesta pacífica es legítima, la violencia es delito», manifestó el ministro de Justicia colombiano, Wilson Ruiz, en Twitter.

El ministro de Defensa, Diego Molano Aponte, consideró por su parte que «los vándalos quieren obstruir la justicia con quemas como la de esta noche del Palacio de Justicia en Tuluá».

«Infame que lo celebren. Los responsables van a conocer el peso de la Ley», escribió en Twitter.

Organizaciones vinculadas al Paro Nacional aseguraron tener pruebas de que el incendio fue ocasionado por grupos de civiles armados ajenos al movimiento.

La oficina colombiana de derechos humanos de la ONU dijo haber verificado la muerte de un estudiante, Camilo Arango, durante los disturbios en Tuluá en la noche del martes.

Los medios colombianos informaron que diversas personas estaban dificultando el paso de los bomberos y autoridades a la zona, describiendo el descontrol en el área y el miedo de los residentes.

El diario El País de Cali confirmó que los hechos comenzaron a las 7:30 pm hora local y que media hora más tarde se decretó la emergencia.

Según confirmaron a ese periódico desde el Cuerpo de Bomberos de Tuluá, unidades del mismo lograron acercarse al edificio y hacer un proceso de refrigeración de las paredes para evitar que las llamas se extendieran a otras viviendas.

Pero, «por el problema de orden público en el sector, la situación está un poco complicada, entonces no hemos podido ir a hacer las labores bomberiles para apagar el incendio estructural, pero estamos en una valoración inicial y esperando que tengamos el área segura para poder ir a operar», dijeron desde el cuerpo de bomberos al periódico hacia las 9 de la noche hora local.

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Análisis de Daniel Pardo, corresponsal de BBC Mundo en Colombia

Aunque es incomparable, el suceso en Tuluá recuerda el episodio traumático de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá en 1985, que dejó al menos 33 muertos, una decena de desaparecidos y sigue sin esclarecerse.

Esa carga simbólica promete convertir la quema del Palacio en Tuluá en un argumento para los críticos del Paro y, en general, profundizar la caída del apoyo hacia el movimiento de protesta, que ya cumple un mes cerrando vías y afectando la economía nacional.

Aunque el gobierno haya inmediatamente atribuido la quema a los manifestantes, el movimiento del Paro ya empieza a interpretar el hecho como un ejemplo más de que civiles paramilitares infiltran la protesta buscando desprestigiarla.

Mientras no haya un consenso sobre lo que pasó -y sobre lo que pasa en general en las calles del país-, la desconfianza entre las partes y la polarización pueden aumentar y dificultar aún más cualquier posibilidad de acuerdos y soluciones políticas a la crítica situación que vive Colombia.

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Casi un mes de protestas

El incidente se produce en el marco de las protestas que comenzaron el pasado 28 de abril en el país, y que hasta este 26 de mayo dejan 43 muertos.

Las manifestaciones comenzaron contra una propuesta de reforma tributaria pero continuaron después de que el gobierno de Iván Duque decidió retirarla.

Cali y la región del Valle del Cauca y el vecino Cauca, muy afectado por la violencia de grupos armados y la pobreza y el desempleo, han sido el epicentro de gran parte de este malestar social que se evidenció en las manifestaciones.

También allí se registraron los mayores estallidos de violencia, actos vandálicos y denuncias de brutalidad policial.

El gobierno de Duque inició un diálogo con el Comité Nacional del Paro, principal convocante de las manifestaciones, así como con distintos sectores políticos, académicos, religiosos y empresariales, y esta semana ambas partes aseguraron que se produjeron avances.

Este primer acercamiento concluyó con la redacción de un documento de preacuerdos, el «primer paso fundamental para continuar con los diálogos», informó la revista Semana.

«De esta manera, continuamos en la construcción de los puntos de encuentro que, esperamos, nos permitirán llevar a buen curso la pronta instalación de la Mesa de Negociación«, precisó el gobierno en un comunicado.