Las elecciones de febrero de 2020 ofrecen la oportunidad, por encima de condicionantes y trampas del sistema electoral, de presentar a la población propuestas bien estudiadas, estructuradas y fundamentadas en municipios grandes, medianos y pequeños.
Estos nuevos proyectos deben estar encabezados por personas con un historial de honestidad y trabajo, para dejar atrás a esos vagos, corruptos e incompetentes que, en su mayoría, han gobernado los municipios.
Ante esa posibilidad, se plantea la necesidad de una política unitaria de diversos partidos (Alianza País, Frente Amplio, Partido Humanista, APD, D x C, PRSD…) y fuerzas sociales (mujeres, jóvenes, trabajadores, pequeños empresarios), en conexión con e interpretando adecuadamente el sentir popular que se ha expresado en el movimiento de la Marcha Verde.
Esas propuestas, encabezadas por conocidas figuras independientes en diversos casos, podrían atraer el voto incluso de descontentos de los partidos tradicionales (PLD, PRM, PRD y PRSC) y servir de sustento a proyectos legislativos para el tercer domingo de mayo de ese mismo año.
La conformación de un bloque de diputados, surgido de esas elecciones, puede crear las condiciones para elegir una presidencia independiente en la Cámara Baja, sin importar quién gane la Presidencia de la República; lo que, en estas circunstancias, sería un avance en el proceso democrático dominicano.
Esto significa evitar con tiempo candidaturas presidenciales partidistas con escasa credibilidad pública, que resultarían ridículas o sospechosas de buscar negociaciones para candidaturas a senadurías y alcaldías.
En fin, lo básico ahora es tratar de conectar el movimiento social con estructuras políticas que recojan ese clamor popular contra la corrupción y la impunidad, a favor de cambios políticos y sociales significativos.
Ya hubo un buen experimento en Santo Domingo Este con la candidatura de Manuel Jiménez, que sería hoy el alcalde en esa importante concentración urbana de no haber sido por el grosero fraude peledeísta y la sospechosa candidatura del PRM.
Ese proyecto se puede fortalecer aun más, hasta hacerlo invencible, si la gente se dispone a tirarse a las calles, en caso de necesidad, en vez de hacer huelgas de hambre que solo generan debilidad. Y se puede repetir la experiencia, con buenos resultados, en el Distrito Nacional, Santiago y otros municipios.