La hipótesis de que la vida esté produciendo fosfano en las nubes altas de Venus “requiere, tanto la extraordinaria afirmación de que la vida existe en las nubes, como un mecanismo para mantener su viabilidad”, agrega el estudio.
Madrid.- La presencia de gas fosfano en la atmósfera de Venus, que en la Tierra se relaciona con procesos biológicos, podría tener otras explicaciones que la posible presencia de vida, en concreto la existencia de un episodio de vulcanismo, según la hipótesis de un grupo de la Universidad de Cornell (EE.UU).
El estudio ha sido publicado en el repositorio de artículos científicos Arvix, lo que supone que aún no ha pasado la necesaria revisión por parte de otros expertos para poder ser publicado en una revista científica.
El grupo propone en su investigación la existencia en Venus de un mecanismo geológico abiótico -no relacionado con la vida- para explicar la abundancia de fosfano detectado en las nubes altas de ese planeta.
Esta hipótesis, indica la investigación, requiere que Venus “esté experimentando en la actualidad una alta tasa de vulcanismo basáltico”, lo que consideran que es consistente con observaciones de naves espaciales y experimentos de laboratorio.
El artículo propone así una explicación alternativa a la investigación publicada el pasado día 14 en la revista Nature Astrology por un equipo de la Universidad de Cardiff, que señalaba que la presencia de ese gas podía indicar que el planeta tiene el potencial de albergar o haber albergado vida.
Los expertos de la Universidad de Cornell tienen la hipótesis de que trazas de fosfuros formados en el manto de Venus “serían llevadas a la superficie por el vulcanismo, y posteriormente expulsadas a la atmósfera, donde podrían reaccionar con agua o ácido sulfúrico para formar fosfano».
El vulcanismo activo podría producir, según el equipo, “una tasa comparable a la requerida para producir la fuente de fosfato del fosfano».
En la Tierra, uno de los procesos conocidos para la producción de gas fosfina es por la corrosión acuosa o ácida a partir de impurezas que contienen fósforo en el hierro, agrega el texto.
Investigaciones anteriores señalaron que “la corrosión acuosa produjo una cantidad significativa de gas fosfina comparable a la cantidad detectada en los entornos naturales terrestres, mientras que la corrosión por ácido sulfúrico podría producir una cantidad de gas fosfano tres órdenes de magnitud superiores a la corrosión acuosa».
La hipótesis de que la vida esté produciendo fosfano en las nubes altas de Venus “requiere, tanto la extraordinaria afirmación de que la vida existe en las nubes, como un mecanismo para mantener su viabilidad”, agrega el estudio.
La nueva hipótesis, en cambio, “requiere que Venus esté experimentando actualmente una alta tasa de vulcanismo basáltico, que sea consistente con las observaciones de las naves espaciales y los experimentos de laboratorio”, agrega el texto.
Para los autores, la presencia de fosfano “apunta a un Venus que es geológicamente activo hoy en día, una conclusión quizás decepcionante para los biólogos, pero seguramente intrigante para los científicos planetarios».
Cuando se publicó el primer estudio, fueron muchos los astrónomos que, si bien reconocieron que era un hallazgo importante, llamaron a la cautela y a no relacionarlo directamente con la posible presencia de vida, pues aún se conoce muy poco de la química de la atmósfera en Venus. EFE