Propaganda y demagogia política en RD

Propaganda y demagogia política en RD

Propaganda y demagogia política en RD

Se acerca una lucha feroz por alcanzar el poder en todas las posiciones elegibles en la República Dominicana, y desde ya se asoman las mismas costumbres de las campañas anteriores: alcohol, música alta, salamis, pollos y papeletas por los aires, quejas por el uso de los recursos del estado, afiches por doquier, y algunos candidatos sin ideas ni propuestas claras.

Desde hace mucho tiempo se ha venido reclamando que no solo se regularice la manera de hacer propaganda política en nuestro país, sino que por fin tengamos una Ley de Partidos Políticos que sea capaz de establecer una serie de medidas que garanticen la democracia en el sistema partidario y una mejor fiscalización de los recursos que captan dichas organizaciones para el financiamiento de sus actividades.

La propaganda política en nuestro país se ha caracterizado por la demagogia de algunos aspirantes a cargos electivos, por el irrespeto entre candidatos, el daño al medio ambiente y a nosotros los votantes.

Hay que ponerle fin al abuso que se hace en contra del medio ambiente con el uso excesivo de la publicidad de los elegibles, muchas veces violentando lugares de uso público como semáforos y el tendido eléctrico, todo a pesar de que existen normas y resoluciones que le dan poderes a los cabildos de quitar dicha publicidad.

Nos quitan la tranquilidad cuando se abusa con los llamados «disco light» a cualquier hora del día con una música a todo volumen, como queriendo obligar al ciudadano a que entienda que tal o cual candidato es el que va a ganar.

La campaña sucia, es otro capítulo que se repite para estas fechas. De ambas partes se produce, acabando con el honor de familias completas. El tránsfuga también suele aparecer en estos días, llevándose la plaza que fue ganada por quien lo llevó como candidato.

Es una etapa en la cual los políticos abrazan y cargan ancianos, se aparecen en los velorios, juegan vitilla, gallos, se montan en carros públicos, hacen frente, cruzan charcos y se recuerdan del alza de los alimentos, la tarifa eléctrica, del pasaje, de la delincuencia, de las obras paralizadas desde la época de Trujillo etc.

Solo nos queda esperar que con el pasar del tiempo este método de hacer política realmente cambie, que se impongan las ideas más que las dádivas, que haya una Ley de Partidos Políticos que haga más democrática la escogencia de candidatos y que podamos elegir a aquellos que realmente tengan un plan de nación.

 

 



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