Prolongación estado de intubación deja secuelas irreversibles

Prolongación estado de intubación deja secuelas irreversibles

Prolongación estado de intubación deja secuelas irreversibles

SANTO DOMINGO.-La intubación endotraqueal en un paciente con caso severo de COVID-19 es de suma importancia, ya que brida apoyo en la respiración que naturalmente no puede lograr.

Pero, permanecer entubado en una unidad de cuidados intensivos (UCI) pude ser un episodio agotador para la salud de aquellos que llegan a rebasar este proceso tortuoso, en el que el virus mantiene sumergido a un promedio de 60 personas por día en los 71 días de incidencia en el país.

Durante el proceso, el paciente corre el riesgo de morir de hipoxemia severa (baja del oxígeno en sangre, menos del 80%), lo cual primero genera aturdimiento y posteriormente la muerte, según explica Milci Contreras, jefa de UCI en la clínica Unión Médica en Santiago.

A parte de eso, antes o en la intervención, pude presentar un paro respiratorio o cardíaco, a causa de una inundación en sus pulmones de secreción, generada por la infección.

Pero superar la muerte es solo el principio del peligro, pues fruto de este proceso algunos quedan con secuelas persistentes a largo plazo que son irreversibles, tanto por la prolongación del estado de entubación, como por los analgésicos y medicamentos de cesación o relación que les son administrados.

Periodo
Los pacientes con COVID que degeneran en el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) provocado por la enfermedad, se enfrentan a un periodo medio de entubación de siete a 10 días, pero existen casos de alto riesgo que pueden requerir tres o más semanas.

Según afirmó al EL DÍA, el intensivista de la clínica Corominas en Santiago, Roque Ureña, estos pacientes son aquellos con antecedentes crónicos como hipertensión, diabetes, fallas cardíacas o con el sistema inmunológico comprometido, en los cuales el riesgo de compilación se duplica y sus pronósticos son menos alentadores.

Sin embargo, enfatizó que el tiempo es impredecible y dependerá de la evolución del paciente, ya que lo que se busca es que sobrevivía.

Mientras para las personas sin enfermedades preexistentes, tener un tubo endotraqueal en la garganta resulta ser incomodo, por lo que es importante que sea realizado por un personal calificado, advirtió la intensivista del Centro Cardio-Neuro-Oftalmológico y Trasplante (Cecanot), Abilquis Escoto González.

Agrega que en la práctica se corre el riesgos realizar múltiples intentos de entubación, lo cual puede ocasionar edema laríngeo (exceso de líquido en el conducto respiratorio), una broncoaspiración (obstrucción de las vías respiratorias) o paros respiratorios.

Añade que también tiene efectos adversos en el sistema cardiovascular, ocurriendo eventualmente una disminución en la precarga (pérdida de la presión de la sangre que llega al corazón), fallas renales y si no es una ventilación protectora puede afectar los pulmones.

“Realmente el sufrimiento es algo con lo que luchamos día a día para que el paciente padezca lo menos posible, como médicos nos preocupamos de una buena sedación para mitigar la angustia, pero como no es algo natural siempre se ve afectado”, manifestó la doctora Escoto.

Otros peligros
Otros de los peligros son las secuelas a corto, mediano y largo plazo que acarrea el permanecer un tiempo prolongado intubado.

El doctor Roque, mencionó que la persona sufre laceraciones importantes, como la estenosis traqueal, que es una pérdida del calibre de la tráquea, que se traduce en una disminución del flujo del aries y dos de cada 10 pacientes la padecen por esta causa.

Además, casa tapones mucosos, trauma en los pulmones (voluntrauma) y los tejidos (barotrauma), infecciones y lo que se denomina clínicamente como neuropatía del enfermo crítico que es una degeneración de las fibras motrices y sensitivas.

Por otro lado, están los efectos secundarios derivados de los fármacos sedantes y analgésicos, imprescindibles para relajar o inducir los movimientos musculares del paciente contagiado, pues si tose la carga viral se incrementa en el ambiente.

La doctora Escoto detalla que el propofol, benzodiacepina y los barbitúricos son sedoanalgésicos que como todo medicamento que se usa de manera prolongada, causa daños.

Estos fármacos deprimen el sistema nervioso respiratorio y disminuyen la presión arterial.
Los expertos concluyeron que el cuadro severo de COVID-19, no solo tiene implicaciones de la misma enfermedad, sino de las que se derivas de los esfuerzos por mantener la vida del paciente.

Actualmente en el país existen 343 unidades de cuidados intensivos tanto pública como privados y solo en la red pública de hospitales del país cuanta con más de 200 ventiladores.

Una nota alentadora es que la tasa de recuperación de los pacientes en el país mantiene una tendencia alcista bordeando los 11 mil casos hasta la fecha, mientras que el promedio de ingresados a UCI en los 72 días de incidencia del virus es de 120 pacientes.

Pacientes

— Pacientes en UC
Según datos del boletín 76 sobre el coronavirus, unas 110 personas están ingresandas en unidades de cuidados intensivos,públicas y privadas de las cuales 64 permanecen en ventilación mecánica..