Ni siquiera nuestra Escuela Diplomática —el Instituto de Estudios Superiores en Diplomacia y Comercio (INESDyC)— se ha salvado de la pandemia. Usando Zoom se puede contribuir con la formación de colegas actuales y futuros, no importa dónde estemos.
¿Pero qué queda después de una cátedra, salvo anotaciones y, con suerte, copia de la presentación utilizada?
“Incluye lo menos posible en tus presentaciones”, me decía siempre Geoffrey Hewings, mi asesor de tesis. “Así no caes en la tentación de ponerte a leer y con ello aburrir al público”. Mientras menor sea el detalle presentado mayor será el esfuerzo expositivo, captando mejor la atención del auditorio.
Estas semanas, luego de escuchar y de dictar conferencias sobre negociaciones comerciales, decidí compilar los artículos académicos y periodísticos escritos durante 15 de mis 30 años de servicio público.
Ahora, la globalización es cuestionada por los que más la promovían. Entonces, promovíamos la equidad entre partes desiguales, articulando una agenda positiva de temas en los que nuestros intereses quedaran reflejados junto a los de otros países, para potenciar y no restringir nuestra capacidad de ejecutar políticas de desarrollo.
Tres son los momentos abarcados por los escritos compilados.
El primero cubre la gestión preparatoria de las negociaciones de la Ronda Doha —todavía en curso, casi 20 años después— de la OMC.
Fue un momento de ejercicio de nuestros derechos adquiridos para cumplir con lo pactado durante la Ronda Uruguay mientras formulábamos nuevas estrategias de negociación, ingresaba China a la OMC y promovíamos alianzas para defender intereses comunes.
El segundo es la abrupta transición del enfoque multilateral al regional, con el DR-CAFTA como resultado del desmembramiento del escenario más equilibrado e infelizmente descartado: el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Fue un momento históricamente inevitable a pesar del desaliento que significó el abandono de todas las posiciones negociadoras hasta entonces defendidas, motivo de mi renuncia del servicio exterior (octubre 2003-diciembre 2004) y de escritos menos diplomáticos y de mayor libertad expositiva.
Y el tercero es el hito histórico alcanzado por el Foro de Países del Caribe (CARIFORO) y la Unión Europea, cuando concluyeron el Acuerdo de Asociación Económica (AAE), el primero en negociarse entre dos regiones desiguales.
El interés en los temas tratados es palpable. Su estudio no puede limitarse a cátedras apoyadas en simples esquemas de presentación por PowerPoint. La formación de una nueva generación de diplomáticos y eventuales negociadores no puede prescindir de la memoria del pasado y de las advertencias para el futuro plasmadas en los escritos compilados.
Convertirnos en el centro logístico de las Américas requiere recuperar un rol más activo y efectivo. Por ello la publicación de “Nivelar el terreno de juego: por la equidad negociadora y el pleno ejercicio de nuestros derechos”, próximamente disponible en formato Kindle.
Gracias a la Cancillería, “El Día”, el “Listín Diario”, “El Caribe”, la Fundación Friedrich Ebert—en Santo Domingo y en Ginebra—, OXFAM/Intermón, CIECA, el Programa Quaker de Asuntos Internacionales, la revista GLOBAL e ILEAP por haber hecho posible la preparación y publicación inicial de sus contenidos.