En este mundo se ve de todo. Resulta paradójico ver personas hablando de “derechos humanos” mientras siguen la agenda más cruel e inhumana que existe en la faz de la tierra.
Esa que pone los intereses económicos de unos pocos por encima de la vida, la paz y los derechos de las mayorías.
Es imposible limpiar de nuestras calles la sangre esparcida en 1965 por las “Tropas Interamericanas de Paz”. Nombre que les dio la OEA a las tropas norteamericanas, que llenaron de patriotas dominicanos decenas de fosas comunes en Santo Domingo.
En nombre de los “derechos humanos” nos masacraron para reafirmar sus intereses.
Dirán: “pero eso es historia”.
Como historia serán las actuales masacres de Irak, Libia y Siria; y las que en el futuro no logremos evitar en América Latina. Es una receta imperial que se repite en cada país donde los Yankees quieren comer.
Existen ONG que reciben financiamiento directo del Gobierno de los Estados Unidos ¿Saben para qué? Les daré una pista: no es porque les sobre el dinero, ni porque amen a nuestros países.
Algunos mercenarios disparan con balas, y otros usan armas más sofisticadas, que convierten a las personas en enemigas de sí mismas.
Cómo hablar de progresismo y a la vez seguir la agenda de quien nos ata al subdesarrollo, para seguir obteniendo nuestros recursos naturales, para mantener disponible mano de obra barata.
Pueden tildarme de lo que sea, pero prefiero estar equivocado a favor de mi país, que estar en lo correcto en beneficio de una potencia extranjera.
El día que coincida con aquellos que pusieron y mantuvieron a Trujillo, esos que ordenaron el golpe de Estado a Juan Bosch, esos que nos invadieron en 1965, esos mismo que pusieron en el Palacio al sátrapa de Balaguer, que establecieron escuelas de tortura en nuestro país, y que introdujeron las drogas para dañar nuestra juventud…
Ese día tendré que revisar bien para quién y para qué estoy trabajando. Que sin dudas no será para mi pueblo ni para su bienestar.