Santo Domingo.-Basta escucharlos para llegar a la conclusión de que todos están marcados por una ola transformadora, una energía que los convoca a la autorrealización y una experiencia basada en valores que perfila su liderazgo de jóvenes brillantes y talentosos.
Jóvenes bachilleres de Los Guandules, Pantojas, El Almirante, Guachupita, Los Mameyes, Sabana Perdida, La Ciénaga, Villa Liberación, Guaricanos y Los Alcarrizos, en Santo Domingo. También de Yerba Buena, en Hato Mayor; Gurabo, Cerros de Gurabo y Don Pedro, en Santiago, tienen en sus manos la oportunidad que ofrece la plataforma “Dale un chance”, uno de los programas distintivos de Responsabilidad Social, de la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos (APAP).
Muchos granitos de arena
La iniciativa de la APAP, que impulsa la movilidad social a través de la educación y el estímulo a la calidad de los estudiantes, cumple cuatro años, tiempo durante el cual puede exhibir resultados concretos, medibles y reveladores de que la responsabilidad social bien ejecutada supera el asistencialismo, la dádiva y el mecenazgo.
Así lo afirma Gustavo Ariza al expresar que cincuenta jóvenes bachilleres de 14 comunidades económicamente marginadas han sido beneficiados con las pasantías; y 36 de ellos integrados a las aulas universitarias a través de un fondo de becas que supera los 30 millones de pesos.
Una de las grandes fortalezas del programa es la integración de empleados a través del voluntariado, así como el respaldo de la gerencia al garantizar los fondo para su sostenibilidad.
Las pasantías laborales
Dale un Chance nació en 2011 como un programa innovador de pasantías laborales. Facilita el acceso de bachilleres de escuelas públicas a la educación superior, al otorgar becas técnicas y de grado cubiertas al 100% para los estudiantes destacados.
Antes de recibir la beca por su desempeño académico, responsabilidad y valores, los bachilleres rotan durante 12 semanas por los diferentes departamentos de APAP.
