Algunos indigentes mientras dormían debajo del puente en la avenida Máximo Gómez con Nicolás de Ovando. Elieser Tapia
Santo Domingo.-“Soy indigente por los tropiezos de la vida, que me hicieron perderlo todo”, así comenzó a explicar su historia Guillermo Beltré, quien lleva más de 14 años viviendo en diferentes calles de Santo Domingo.
Ha pasado ese tiempo deambulando desde el parque Enriquillo, la cueva del malecón, elevado de Villa Mella y ahora tiene más de siete años en la avenida Nicolás de Ovando con Máximo Gómez.
Perder por completo su dentadura fue el precio que tuvo que pagar por sus adicciones a sustancias prohibidas y al alcohol, situación que le generó conflictos familiares y en su entorno, que terminaron por dejarlo viviendo en la calle.
A pesar de estar libre de sustancias y haber asistido a Hogar Crea, según manifestó Beltré a reporteros de EL DÍA, reconoce no puede volver con su familia. “Hice bastante daño y no es verdad que las heridas se curan”, afirmó.
Incluso, confesó “de haber sabido que la vida era tan buena fuera de las adicciones, no lo hubiera hecho”.
El hombre ahora se encarga de repartir a unos 30 indigentes, que llegaron allí buscando subsistir, los alimentos que le regalan tanto los Comedores Económicos como los que pasan por esa calle y algunas fundaciones.
Al pasar por la Ovando había decenas de personas sin hogar debajo del puente, quienes en su mayoría, supuestamente han terminado allí por consumo de drogas.
En aproximadamente 20 minutos en el lugar, se pudo constatar cómo estas deambulaban, dormían sobre cartones debajo del puente y algunas se paraban a limpiar vidrios y zapatos, mientras otros se disponían a pedir dinero a los choferes.
Rol familia falla
Y es que con frecuencia se observa cómo personas se trasladan de un lado a otro sin tener un rumbo fijo, durmiendo debajo de puentes, en los parques, en aceras o, simplemente, donde les coja la noche.
Esta gente que vive en la indigencia, que deambula por estar sin hogar, zafaconero o que tiene algún problema de salud mental y adicción a sustancias psicoactivas, en ocasiones suele desplazarse a cientos de kilómetros, con el simple objetivo de conseguir alimentos o saciar sus vicios.
Así lo indicó Limbania Escarramán, analista de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, quien detalló que dependiendo del lugar en que esté la persona, se notifica a la Dirección de Áreas de Salud, para solicitar la cama en una unidad de intervención en crisis (UIC), donde duran de siete a 14 días.
Sin embargo, enfatizó en que la familia debe empoderarse en el tratamiento de los enfermos con condiciones mentales o adicciones, ya que falla en el seguimiento al no facilitar el medicamento que le indican, llevando a que este se descompense.
Hospitales con UIC
— Tratan pacientes
Con el Programa de Protección de Personas con Enfermedad Mental y Crónica en Condición de Pacientes sin Hogar, los pacientes son llevados a hospitales como el Moscoso Puello, Vinicio Calventi, Darío Contreras y otros.