PUERTO PLATA.- El juez Pascual Francisco Abreu de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Judicial de Puerto Plata le impuso medida de coerción consistente en tres meses de prisión preventiva al profesor Melvin Del Rosario quien es acusado por las autoridades de haber asesinado a una extranjera en el complejo habitacional y turístico de Costámbar hace ya una semana.
La decisión del magistrado Abreu se produjo a pesar de una gran manifestación que tuvo lugar en la explanada frontal del palacio de justicia de Puerta Plata donde los familiares y conocidos del imputado realizaron una manifestación de protesta con carteles y pancartas además de la entonación de consignas alegando la inocencia del joven de 31 años de edad, quien labora como profesor en una escuela de informática en el municipio de Río San Juan.
En el transcurso de la audiencia, el Ministerio Público le atribuyó a Del Rosario Gil su participación en el horrendo crimen donde fue muerta a cuchilladas la nacional belga Marina Henrietta Belmuls de 71 años y donde también resulto herido en ciudadano alemán Maick Schneider de 58 años de edad, quien ha cambiado la versión de los hechos en tres oportunidades.
De su lado, el pastor evangélico Antonio Del Rosario quien es hermano del presunto autor del asesinato de la extranjera y de herir al alemán en un apartamento de Costámbar, denunció que su pariente ha sido sometido a un proceso de tortura por parte de agentes y oficiales de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM) de la Policía Nacional en Puerto Plata, hasta el punto de darle batazos en las costillas e introducirle la cabeza en una funda plástica con una cebolla partida dentro, queriendo con esto obligarlo a que admita un hecho que no cometió.
Mientras que el comunicador Nengo Paredes reportó que en la comunidad de Río San Juan dicha situación ha generado una gran indignación ya que el joven Melvin Del Rosario Gil es integrante de una familia respetuosa y varios líderes comunitarios y sociales advirtieron que las autoridades judiciales y policiales de Puerto Plata deben investigar más a fondo ese crimen y no querer culpar a un inocente de la muerte de la belga Marina Henrietta Belmuls y de herir al germano Maick Schneider.
