LONDRES . — El príncipe Enrique ha acusado a la familia real británica de ser corresponsable de la angustia que sufrió su esposa Meghan, y afirmó que su madrastra Camila, la reina consorte, filtró conversaciones privadas a los medios de comunicación para mejorar su reputación.
En entrevistas transmitidas el domingo, Enrique acusó a miembros de la familia real de “meterse a la cama con el diablo” para obtener una cobertura de prensa favorable y señaló los esfuerzos de Camila para rehabilitar su imagen con el pueblo británico después de su amorío de años con su padre, el ahora rey Carlos III.
“Eso la hizo peligrosa por las conexiones que estaba forjando en la prensa británica”, comentó a la cadena CBS. “Había una disposición abierta de ambas partes para intercambiar información. Y con una familia construida en el orden jerárquico, y con ella en camino a ser reina consorte, iba a ver gente o cadáveres dejados en la calle”.
Enrique habló con la televisora británica ITV y con el programa “60 Minutes” de la cadena CBS para promover su libro, titulado “Spare” (traducido al español como “En la sombra”), que será publicado el martes.
Ya ha provocado titulares incendiarios con los detalles sobre amargos resentimientos familiares. Durante la entrevista con ITV, Enrique repitió que existía una “preocupación” dentro de la familia real en torno al color de piel que fuera a tener su descendencia debido a que contrajo matrimonio con la actriz birracial estadounidense, Meghan Markle.
Enrique y Meghan mencionaron eso por primera vez durante una entrevista con Oprah Winfrey en 2021, pero no han identificado al miembro de la familia real que expresó dicha inquietud.
Enrique insistió que la familia no es racista, pero señaló que el episodio fue un ejemplo de un prejuicio inconsciente, añadiendo que la familia real necesitaba “aprender y crecer” para “ser parte de la solución en lugar de ser parte del problema”.
“Spare” explora el duelo de Enrique tras la muerte de su madre en 1997, su viejo resentimiento por el papel de “reserva” de la realeza, eclipsado por el “heredero”, su hermano mayor, el príncipe Guillermo. Relata discusiones y un altercado físico con Guillermo, revela cómo perdió la virginidad y describe el consumo de cocaína y cannabis.
También dice que mató a 25 combatientes del Talibán cuando fue piloto del helicóptero de ataque Apache en Afganistán, una afirmación criticada tanto por el Talibán como por veteranos del ejército británico.
Funcionarios de la familia real no han comentado sobre las acusaciones, aunque los aliados de la monarquía británica han refutado las afirmaciones, la mayoría de manera anónima. Enrique ha defendido su autobiografía y la ha descrito como su intento de contar su “propia historia” después de años de “interpretaciones y distorsiones” de otras personas.
En la entrevista a “60 Minutes”, Enrique negó que su libro fuera para herir a su