
Madrid, España.- Prince, fallecido hoy a los 57 años, llevó la psicodelia, el funk y el pop de su música a su manera de vestir y peinarse, algo que lo proclamó también como un icono de la moda que nunca vio combinaciones imposibles en sus estilismos.
Desde su primer disco en 1978, “For You”, el cantante de Mineápolis siempre mostró su sentido de la estética, así como su intención de no dejar a nadie indiferente en sus apariciones, aunque en ese primer trabajo, así como en el segundo, “Prince” (1979), optó por primeros planos en los que su característico bigote ya despuntaba y que nunca abandonó.
Fue a partir de su tercer álbum, “Dirty Mind” (1980) cuando el cantante de melodías como “Purple Rain” eligió la provocación y el ser sexy jugando con bañadores estrechos y perfectos de cuero que dejaban ver su cuerpo casi al desnudo.
Siempre amante de los volúmenes en los hombros, Prince jugó también con una imagen femenina, tanto en sus movimientos encima del escenario como en sus posados en fotos y en las portadas de sus discos. Y así lo mostró en 1988 en “Lovesexy”, donde apareció desnudo con una mano en el pecho y la melena al viento.
Pero si de algo hay que llamarlo fetichista era de las mallas, que siempre visitó cuando no elegía mostrar sus delgadas pero firmes piernas. Amarillas, con tachuelas, de cuero, lunares o de talle alto, cualquiera le valía y le convertía en un iconoclasta de la sensualidad.

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EFE
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