Lo del diálogo en Venezuela no es fácil de entender y menos de digerir.
Sin duda con ello se procuró frenar una precipitación de la violencia y es atendible. La catástrofe se avecinaba y el “dialogo” implicaba, e implicó, una cierta pausa. Pero por ahora nada más.
Igualmente atendible es sostener que se trató de una medida de “ salvataje” del régimen chavista y de Nicolás Maduro, encarada primero por la Unasur, con Ernesto Samper de Colombia a la cabeza, luego por los expresidentes Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández y concretado definitivamente por el papa Francisco tras el desesperado pedido que le hizo Maduro, a quien recibió en Roma.
Los “salvavidas” de Maduro clamaron por el “dialogo”. Era el ultimo recurso para embretar a una oposición impulsada por los venezolanos salidos a la calle.
Era difícil para la oposición negarse; rápidamente la hubieran hecho responsable de todo el desastre venezolano, incluso hasta de la falta de papel higiénico.
Y en alguna forma dio resultado, e incluso hasta aparecieron algunas debilidades de esa oposición cuya fuerza y unidad ha sido y es, exclusivamente, el efecto de la lucha de los venezolanos de a pie y de los estudiantes. Es una unidad generada y forzada de abajo hacia arriba.
Exigida a una dirigencia política que no siempre ha estado pronta y a tiempo, y con veleidades e intereses personales que en su momento fueron los que viabilizaron el advenimiento de Hugo Chávez y que en casos parece que lo han olvidado.
Pero puesto el dialogo sobre la mesa, éste ha sido jalonado por insultos , advertencias y amenazas del chavismo, en una conducta que día a día hace cada vez menos meritoria y genuina la gestión de los generadores del diálogo.
Hace unos días una dirigente de la juventud chavista advirtió a la oposición que deben plantear “solicitudes viables”.
¿ Y cuáles serían “solicitudes viables”?
Pedir por ejemplo, y solo por citar algunos item:
* que se cumpla con la Constitución y se convoque el referendo revocatorio reclamado, firmado y respaldado por millones de venezolanos, e invalidado’ manu militari’ por Maduro.
* Que se realicen las elecciones municipales, también suspendidas como en el caso anterior.
* Que se validen la treintena de leyes aprobadas por la Asamblea Nacional, único poder independiente y de hecho legítimo, anuladas por un “Supremo Tribunal” dependiente de Maduro.
* Que se restablezca la libertad de prensa y no se persiga más a periodistas y se les restituyan los medios a aquellos a los que se los han quitado.
* Que se levanten las proscripciones de dirigentes opositores e independientes.
* Que se liberen los presos políticos.
¿Sobre eso es que hay que negociar? Acordar por ejemplo que se den por válidas unas 10 o 15 leyes , no perseguir a los periodistas, dejar que algunos medios puedan informar sin ser hostigados. ¿ Y el revocatorio? ¿ Y las municipales?
Hay, sin embargo, algo concreto: el gobierno se comprometió a liberar antes de este viernes a 71 presos políticos .
¿ Pero cómo?
¿ Es que hay 71 presos políticos? Y parecería que incluso hay más, porque no se dijo “ a todos los presos políticos”. ¿Les parecería bien a los proponentes del diálogo un acuerdo liberando a la mitad de los presos políticos?
¿Se aseguraría así la vigencia “ de un régimen democrático y legítimo” en opinión del Papa Fancisco, de los expresidentes y de la Unasur.? ¿ Qué dicen?
¿ Sin libertad de prensa, con avasallamiento del Poder Legislativo, con dirigentes y diputados proscriptos (lo de Amazonas), y con dirigentes políticos presos, se puede sostener que en Venezuela rige un sistema democrático, como lo han hecho a lo largo del tiempo y aun lo hacen Lula, Dilma, Cristina Kirchner, el partido Podemos de España, los gobiernos “ progresistas“ de Ecuador, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, los partidos como Podemos de España, los Tupamaros, las FARC colombianas, los Sin tierra de Brasil, la central sindical uruguaya PIT_CNT o la Cámpora kirchnerista de Argentina?
Decididamente no es un dialogo fácil: no está claro cuál es el propósito final de los mediadores y parece que cuando hablan de democracia no hablan de una misma cosa.
Porque esto de democracia con presos políticos no deja de ser, a lo menos, una excentricidad.